El bebé que nació en la mortífera ruta canaria
El patrón de la Guardamar Talía, que rescató a un niño nacido en una patera rumbo a Lanzarote, explica que vino al mundo solo 10 minutos antes de que lo encontraran
Arrecife
El Día de Reyes, los tripulantes de la Guardamar Talía regresaron a Lanzarote con una sonrisa: tras una semana de rescates casi sin pausa, muchos a más de 100 kilómetros de su base en Arrecife, el servicio de ese día les regaló a los ocho la experiencia de asistir con éxito a un bebé que acababa de nacer en el mar en una neumática con 64 personas a bordo.
Para casi todos en la Talía fue una vivencia nueva. No para el patrón de la embarcación, Domingo Trujillo, un veterano de Salvamento Marítimo en Canarias que ya lleva tres partos. "Esta vez no tuve que cortar el cordón, no como la última", bromea, en referencia al bebé al que rescató en 2020 en Fuerteventura, con la Salvamar Mízar. Sin embargo, una situación como esa siempre abruma, incluso a alguien como él, con 23 años de servicio en Salvamento, confiesa en una entrevista con EFE.
Trujillo todavía tiene fresco el recuerdo: el bebé destacaba en medio de la neumática, desnudo, rodeado en silencio por el resto de sus compañeros de travesía. Había nacido no mucho más de 15 minutos antes. Es la escena que ha está dando la vuelta a España este miércoles gracias a una foto tomada por uno de los marineros de la Talía.
Explica que "el Centro de Coordinación Salvamento de Las Palmas nos activó a las 4.00 de la mañana, creo recordar, y ya nos informó de que había en la neumática una mujer embarazada en avanzado estado de gestación, que podía dar a luz en cualquier momento. Salimos ya preparados y repasando lo que tendríamos que hacer si se daba el caso. Llegamos hasta ellos sobre las 9 de la mañana. Estaban a 97 millas (180 km) de Arrecife, tardamos cinco horas en llegar".
Afirma que aunque sabían lo que podía haber, "la sorpresa fue confirmar que estaba allí el bebé. Destacaba porque estaba totalmente desnudo, sin ropa, sin nada que lo cubriera, lo cual nos dio a entender que el parto se había producido quizás 10 o 15 minutos antes de nuestra arribada. Procedimos como siempre, con la salvedad de que había una mujer y un recién nacido en esas condiciones, así que sacamos primero al resto de la gente, porque las condiciones meteorológicas eran buenas y estaban todos tranquilos. La mujer y el bebé salieron los últimos. Dos compañeros se subieron en la neumática para ayudarlos, y los instalamos en la enfermería de la Guardamar".
Señala que la chica estaba en la proa de la neumática. "Se ve que la habían puesto allí (los demás migrantes) para que diera a luz un poquito más cómoda. Eran 64 personas en nueve metros de embarcación. Digamos que estaban apretados, pero había cierto holgura alrededor de ella".
Añade que el bebé lloraba, "lo que nos indicaba que estaba vivo y no había problemas, y pedimos permiso a la mujer para desnudarla, limpiarla y asearla con todo el respeto. Pusimos con ella al bebé, que ya tenía el cordón umbilical, lo cortó alguno de sus compañeros de travesía. Lo único que hicimos nosotros fue a afirmar al niño, dárselo a la madre y abrigarlos para el viaje" (en el trayecto de regreso, un helicóptero evacuó a ambos al hospital de Lanzarote).
El patrón afirma que ninguno de los efectivos de la Guardamar había vivido esa situación. "Algún amago habían tenido, pero ninguno se había visto en esta tesitura de tener que recoger un recién nacido. Para mí también fue una sorpresa, por la imagen del niño desnudo, por verlo así, justo en el después del parto".
Añade que "la diferencia está en que esta vez ya estaba cortado el cordón umbilical, no tuve que hacerlo yo. En cierto modo eso me alivió. Aunque no deja de ser bonito y una experiencia inolvidable, cortarlo requiere tener un poquito de valor, no por el mero hecho de cortarlo, sino por el miedo a no hacerlo bien. Para mí, los tres casos que he tenido que atender de esas características son todos particulares. Todos los rescates tienen sus momentos, incluso las experiencias negativas, cuando tienes que enfrentarte a cosas desagradables".
Ante el nuevo repunte migratorio, señala que los efectivos de Salvamento Marítimo están agotados "llevamos una rachita buena y en cierta manera estamos agotados. Casi todas las noches saliendo de madrugada, llegando tarde... Llegas, atracas y te pones adecentar el barco y prepararlo para la próxima salida. Se está haciendo un poco tenso, pero la satisfacción queda. Algunos lo expresarán; otros, no, pero queda. Este caso es muy positivo, porque fue con un recién nacido, pero en todos los servicios que hacemos, aunque estemos cansados, sabemos que ayudamos a personas en apuros".