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Ni silbidos, ni gritos, ni ruiditos raros: jamás te dirijas a un camarero de esta forma

José Miguel Sánchez ha elaborado la lista definitiva de las formas más molestas y maleducadas para dirigirse a un camarero

Hombre llamando al camarero / andresr

Hombre llamando al camarero

Gran Canaria

José Miguel Sánchez es un camarero de sala con muchísima experiencia en el sector, muy consciente de que la relación entre los clientes y los camareros es fundamental. Por eso, Sánchez ha elaborado la lista definitiva de las formas más molestas y maleducadas en las que dirigirte a un camarero. "Si no quieres padecer la ira de un camarero, que seas ignorado o que te lancen una mirada de esas que matan, aquí te dejo cinco formas de no llamar al camarero que harán que no parezcas un maleducado o una maleducada", escribe José Miguel

Adiós a las onomatopeyas o ruiditos raros

"No utilices onomatopeyas o ruiditos raros tipo” tss tss”, ¡Ey! No solo el camarero se hará el loco, sino que también quedará en evidencia tu falta de respeto hacia el personal que atiende, ya que, conseguirás que se giraren los demás clientes del local", explica José Miguel sobre esta forma tan típica y maleducada de dirigirse a un camarero.

Nada de "oye mi niño", un clásico canario

Aquello de ¡Oye niño!, ya esta un poco desfasado. Mas típico de las señoras y señores mayores, y aunque a veces denota un toque cariñoso, no deja de ser una frase desafortunada, pues el niño tiene cuarenta años y muchas horas cotizadas, y esta “frasecita” a uno le hace sentir como si acabara de empezar a trabajar ayer.

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Ni chasquidos con los dedos ni palmaditas

"A no ser que provengas del linaje real de los años veinte y estés rodeado de ilustres y aristócratas en una mansión de Inglaterra, ni se te ocurra llamar al camarero con un chasquido de dedos o una palmadita", bromea. Sé que suena imposible, ¡pero existe! Puede ser que sea de los gestos mas clasistas que existan a la hora de dirigirte a un camarero.

Evita siempre el contacto físico

No hace falta que toques a cada rato del brazo del camarero cuando pasa por tu lado, ni que le persigas por el restaurante. No existe esa confianza y aunque si la hubiere, es bastante incomodo por no decir violento, que alguien te retenga en medio de tu trabajo para que le des la prioridad que el considera que debes tener en ese momento.

Jamás, jamás, jamás silbar

Y la última y más utilizada el famoso silbido. En que momento el cliente considera que llamar a un camarero silbándole en un restaurante o una terraza es algo lógico. En qué lugar se crio el cliente y que educación recibió. Seguramente ninguna, eso, o quizás tenga algún complejo no superado. Aquí solo conseguirás una llamada de atención y que no te sirvan ni agua.

¿Cómo sí debo dirigir a un camarero?

Lo más fácil es preguntar el nombre del camarero. "Me puedes llamar a la voz educada de camarero, mesero, cantinero, barman", cuenta José Miguel. "O si lo prefieres puedes preguntarme mi nombre y así no tener que faltar el respeto o tratar a los anfitriones que te están recibiendo en su casa como siervos a tu servicio evitando ponerte en evidencia ti y a tu escasa educación y saber estar", concluye.

 
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