"Hemos vivido un infierno, pero, por suerte, podemos contarlo": el espeluznante testimonio del joven apuñalado en Nochebuena en Tenerife

Santa Cruz de Tenerife

"Después de una noche de fiesta, de pasarlo bien con mis amigos, deseando llegar a casa, comenzó una noche de terror", así comienza Carlos a relatar la noche en la que volvió a nacer. La madrugada del 24 de diciembre estuvo a punto de morir. Intentaron asesinarle en plena autopista TF-1. Viajaba en coche con una amiga, cuando la expareja de esta los adelantó a 200 kilómetros por hora, se paró delante de ellos, se bajó de su vehículo, se acercó al coche de Carlos y, "sin mediar palabra", comenzó a apuñalarle y obligó a la chica a irse con él, dejando a la víctima sola y sin asistencia. "Se estaban yendo los dos, pero él decide dar media vuelta para volver y rematarme, se lleva las llaves del coche y bloquea el volante para que yo quede inmóvil", ha narrado Carlos en una entrevista en Hoy por Hoy La Portada.

Justo en ese momento, aparecieron los que Carlos llama sus "ángeles de la guarda": un subinspector de la Policía Nacional y su mujer. Ellos volvían a casa cuando se encontraron en el carril derecho de la autopista del sur de Tenerife dos vehículos parados sobre las cuatro y cuarto de la mañana. Se quedaron justo detrás y vieron cómo se bajaba un hombre que, segundos después, comenzó a apuñalar a otro repetidamente ante sus ojos.

Como estaba fuera de servicio y no llevaba consigo ni radio ni arma reglamentaria, esperó a que el agresor se fuera. Cuando pudo llegar hasta el herido, lo encontró semi inconsciente y con una gran herida en el abdomen de la que no paraba de brotar sangre. Además, presentaba una en el hombro, de menor envergadura, pero también profunda. Según el relato del policía, lo siguiente fueron 22 minutos de verdadera angustia temiendo por la vida de Carlos hasta que llegó la ambulancia que lo auxilió.

"Tanto el policía como su mujer hicieron una labor encomiable. Él, quizás, está un poco más acostumbrado a estar en situaciones límite por su profesión, pero ella no. Ella, encima, es la que iba conduciendo y vio cómo un hombre me apuñalaba", recordó Carlos. Insistió el joven en que la labor de ambos fue "fundamental" porque "me socorrieron, me taponaron las heridas, llamaron a la ambulancia, se acordaban de la matrícula del agresor y dirigían el tráfico porque los camiones circulaban muy rápido en una carretera mal iluminada".

El agresor los tenía localizados con un GPS instalado en el coche

Carlos, natural de Barcelona, y la chica se conocieron unas semanas atrás en un evento de baile en la capital catalana, ya que ambos bailan bachata: "Aprovechando que tenía amigos en la isla, decidí pasar unos días en Tenerife, al calorcito. No éramos pareja, solo tuvimos buena conexión, pero tuve la mala suerte de cruzarme con este tipo que está obsesionado con ella y me tocó a mí como le podía haber tocado a cualquier otro". La noche de la tragedia, Carlos y esta chica, víctima de violencia machista, habían salido a bailar a una discoteca. Mientras estaban allí, el agresor vio el coche de ella en el parking y colocó un móvil con GPS en el tanque de la gasolina, por lo que los tenía localizados.

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"Ella ha venido a verme mientras he estado en el hospital, tenemos una relación bastante estrecha porque hemos vivido un auténtico infierno los dos que, por suerte, podemos contar", aseguró Carlos, que ya se recupera de las heridas tras pasar cuatro días ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos.