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Objetivo: compatibilizar pesca y sostenibilidad en los ecosistemas marinos de las islas orientales

Equoaqua propone analizar los espacios marítimos incluidos en las Reservas de la Biosfera de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, y alcanzar una gestión “eficaz” y “sostenible” con participación ciudadana en la toma de decisiones

Playa de Las Conchas, en La Graciosa, con vistas a Montaña Clara, parte de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote. / Yeray Pérez González

Playa de Las Conchas, en La Graciosa, con vistas a Montaña Clara, parte de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote.

Arrecife

Lograr una gestión “eficaz” y “sostenible” de los espacios marinos de las islas Canarias orientales es el reto que se ha marcado el proyecto AMPLÍA, puesto en marcha por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria a través del Grupo de Biodiversidad y Conservación (BIOCON) del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (ECOAQUA).

Con un presupuesto de casi 400.000 euros, el proyecto de investigación y desarrollo, titulado ‘Diagnosis del estado de los recursos marinos de las islas Canarias Orientales con objeto de ampliar el área marina de sus Reservas de la Biosfera’ y bajo el acrónimo AMPLÍA, forma parte de la convocatoria de subvenciones para la financiación de actuaciones en Reservas de la Biosfera en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que culminará en 2026. Además de ECOAQUA, en esta investigación también colabora el Departamento de Matemáticas de la ULPGC.

Dirigido por el doctor en Ciencias del Mar, investigador en el Grupo BIOCON de ECOAQUA y director del departamento de Biología de la ULPGC, José Juan Castro, el proyecto persigue, tras una fase de evaluación y diagnóstico, poner en marcha comités participativos que, en conjunción con las administraciones públicas, procuren una gestión y control de los espacios marinos acorde a su capacidad en el contexto del cambio climático.

Compatibilizar la pesca con la conservación de los recursos y ecosistemas marinos de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote es clave, según se desprende del proyecto, para cumplir con el compromiso internacional asumido por España de proteger al menos el 30% de la superficie marina antes de 2030.

Bajo esta premisa se plantea y pone en marcha el proyecto AMPLÍA, orientado a evaluar el estado actual de los recursos marinos y determinar el potencial impacto de una ampliación o rezonificación de los espacios protegidos como Reservas de la Biosfera en las islas orientales. La inclusión en dicha clasificación de las zonas marinas que, en base a la investigación, se consideren críticas o vitales para la biodiversidad, así como la búsqueda de estrategias que compatibilice la conservación eficiente de los ecosistemas marinos con la explotación pesquera son la materia central de la propuesta.

La primera fase del proyecto AMPLÍA se basará en la evaluación del estado de los recursos y ecosistemas, para pasar a una segunda fase donde se instruirá, a los distintos grupos de interés en la explotación y conservación marina, en la interpretación de los datos e indicadores ecológicos obtenidos en la fase anterior. La tercera fase será la más ambiciosa, por cuanto quiere establecer un prototipo a nivel nacional, fundamentado en la participación ciudadana para la toma informada de decisiones y establecer así las bases para la consecución de un uso colectivo del mar sostenible en el tiempo.

Una iniciativa que permitirá analizar y evaluar las más de 260 mil hectáreas incluidas actualmente en la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, con el fin de identificar las deficiencias en la gestión del conjunto de los espacios y dotar de instrumentos de evaluación, formación y participación que hagan posible una gestión eficiente y sostenible de los mismos.

Según explica José Juan Castro, “las Reservas de la Biosfera deben dar los pasos necesarios para incluir en sus áreas de influencia el conjunto de espacios marinos insulares relevantes para la biodiversidad marina, de modo que procuren la viabilidad de su preservación, poniendo en marcha las estrategias de participación ciudadana en la toma de decisiones, necesarias para la conservación del conjunto del patrimonio natural y mitigar, en lo posible, los efectos del cambio climático”.

Una gran parte de esta biodiversidad de las Islas Canarias se encuentra asociada directamente al medio marino y se desarrolla mayormente en las aguas neríticas que inmediatamente rodean a las islas, sobre las estrechas y escasas plataformas insulares (más del 75% de las especies se localizan a profundidades de menos de 200 metros). De esta amplia biodiversidad (5.232 especies catalogadas hasta el momento, 164 de las mismas de carácter endémico) se dispone de muy poca información biológica y ecológicas, pero se conocen indicadores que apuntan a que algunas de ellas se encuentran amenazadas de extinción o están muy enrarecidas, destacando el grupo de los elasmobranquios, con especies incluidas en el catálogo nacional de especies amenazadas.

Tal y como se deduce de informes previos de investigaciones desarrolladas en este campo, “los recursos pesqueros marinos asociados a las islas están, en su mayoría, sobrexplotados”. Sin embargo, no existe una base de datos científicos sólida que permita verificar el estado actual de los stocks de especies, así como que aporten evidencias sobre la pérdida de productividad pesquera.

 
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