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Unas 'flores ilícitas' se cuelan en el cementerio arrasado por el volcán de La Palma

"Sin una gota de piedad, las piedras disfrutaban de la ofrenda", escribió la poetisa Lucía Rosa González tras su visita a los restos fúnebres a medio engullir por las lavas del volcán de La Palma

Las flores fueron depositadas al pie de las lavas que engulleron los nichos / Lucía Rosa González

Las flores fueron depositadas al pie de las lavas que engulleron los nichos

La Palma

"No hay ni un solo lugar del mundo donde no quepa una flor. Sin embargo, en el cementerio de Las Manchas, el volcán impuso sus leyes. Prohibido enramar las rocas, prohibido atravesar las vallas protectoras", escribió la autora del libro 'Diario de un volcán' y propietaria de una de las viviendas que se tragó, tras su visita al camposanto de La Palma que también arrasó la lava. Durante unos días este cementerio ha vuelto a abrir, más de un año después de la erupción del volcán, para volver a cerrar completamente sus puertas.

Estaba prohibido enramar las tumbas y los nichos que quedaron en el interior de las lavas, con sus hierros y mármoles retorcidos. "Pero hay flores ilícitas como los crisantemos. Sus lentos pétalos crispados", escribió Lucía Rosa González al ver cómo algunos vecinos honraron a sus muertos depositando allí algunas flores. "¡La culpa es de la gente que ama los crisantemos! O las dalias como las que mamá sembraba en la huerta. Hoy las dalias de su lápida se inclinaban indecisas. Las vi crecer aleteando hasta nuestros ojos aguados y volcarse sobre las piedras", escribió.

La mayor parte del cementerio fue arrasada por las lavas

La mayor parte del cementerio fue arrasada por las lavas / Cadena SER

La mayor parte del cementerio fue arrasada por las lavas

La mayor parte del cementerio fue arrasada por las lavas / Cadena SER

Sin una gota de piedad, las piedras disfrutaban de la ofrenda.

"Los vigilantes miraban quietos el sobresalto de la gratitud. ¡Es mi madre!, parecía que gritaba con sus labios sellados. Parecía que la gente que miraba se había cepillado las pestañas con almíbar porque sus ojos chispeaban igual que alfileres al tropezar con aquel horizonte empedrado que caía, que aún está cayendo sobre nuestra memoria para no olvidarnos de quienes hemos amado", concluye la escritora. El cementerio de Los Ángeles, en Las Manchas, fue construido durante la república para albergar los difuntos de una ciudad que crecía sobre las coladas del volcán hoy sepultadas.

Lucía Rosa González, a la que el volcán le arrebató su casa y sus tierras, es poeta, dramaturga y narradora de Todoque, barrio de Los Llanos de Aridane que sufrió con dureza los embates de las coladas. Duante toda su vida ha compaginado su labor como prefesora de literatura publicando libros de poesía, prosa, cuentos y obras de teatro, y ha sido premiada en diversas ocasiones. Sus diarios del volcán, publicados día tras día en la prensa, se han convertido en una de las crónicas que describieron de forma más humana lo que ocurrió en La Palma. Ella ha descrito mejor que nadie como el volcán arrebató casas, hogares, tierras y difuntos.

Javi Rodríguez

Javi Rodríguez

(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...

 
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