Familiares tóxicos, el nuevo podcast de Fernando Pérez Pacho

Mahón

Podemos encontrar a una persona tóxica a nuestro alrederor cuando detectamos que hay alguien que nos produce emociones negativas. Es una de las características centrales. Cuando se mantiene una conversación con ellos, todo gira en torno a sucesos estresantes negativos. Todo gira alrededor de la persona tóxica. Hablan de lo que les ocurre, de lo que sienten y zanjan todo aquello que trate de otra persona de forma frívola y cortante. Todo son quejas y críticas. Se podría decir que son especialmente negativos. Nunca nada está a su gusto. Critican a todo el mundo delante de ti, da igual lo cercana que sea la otra persona. De hecho, te hacen dudar de si no harán lo mismo cuando tú no estés. Esta forma de anular e infravalorar a los demás reza a su necesidad de reafirmarse. Hunden a los demás para quedar ellos por encima. No son conscientes del impacto negativo que sus acciones tienen. Esto se debe a la falta de empatía base. Su egocentrismo les impide ver más allá, lo que se suma a la necesidad de anular al otro. También derrochan victimismo puesto que esto les permite ser el centro de atención. De esta forma, desvían el foco sobre su crueldad y falta de empatía. Incluso podemos añadir que demuestran una falta de metas vitales. Se dejan llevar por la inercia de los acontecimientos. No suelen tener planes de futuro ni decisiones sobre el trabajo o sus carreras.

Y ahora que ya sabemos cómo son las personas tóxicas, ¿qué pasa cuando están en tu propio círculo familiar?