"Ya no compro ningún producto de marca, solo uso marcas blancas"
La ciudadanía comenta los obstáculos que tiene que superar a la hora de hacer la compra, y llenar la cesta, con los precios de los alimentos un 10% más caro que el año pasado.

Una mujer coge fruta en una verdulería / Imgorthand

Palma
Coincidiendo con esta nueva subida de precios hemos ido a preguntar a las puertas de un supermercado del centro de Palma. En las calles reina una opinión, y es que la excesiva subida de precios de los alimentos les ha provocado dificultades a la hora de llegar a fin de mes. Debido a esta nueva subida del IPC, la gente tiene que tomar medidas, para que su cesta de la compra no se encarezca más de lo que lo ha hecho ya. Una de esas medidas es cambiar los pequeños supermercados de barrio, por otros superficies más grandes. Sin duda, lo que más preocupa en la calle sobre la cesta de la compra es el precio del aceite.
Tras tres años seguidos de fuertes subidas ha provocado que la gente tenga que aceptar, quieran o no, los altos precios. Con este incremento de un 10% sobre todo en los alimentos en un año, la gente se ve forzada a resignarse y aceptar este aumento en la cesta de la compra.
Una medida que la población se ha visto obligada a tomar es sustituir los productos de marca, por otros de marca blanca. Además, desde hace un tiempo hay quien ha vuelto a la cocina tradicional, y a preparar comida para varios días, ya que supone un ahorro tanto en la cesta de la compra, como en la factura de la luz o el gas. "En casa somos cuatro, y hemos vuelto a los potajes, los arroces... cosas que cundan mucho", ha dicho María, una vecina de Palma.
Muchos pensionistas se ven ahora obligados a abrocharse el cinturón. Se quejan de que las pensiones no suben de acuerdo a los precios de los alimentos, y de la vida en general. Este año las pensiones contributivas han subido un 8,5%, mientras que la cesta de la compra ha llegado al 10%. Debido a esto ha habido quién se ha visto obligado a recurrir a su familia. "Antes ayudábamos nosotros a los hijos, ahora son ellos los que nos tienen que ayudar a nosotros", comentaba Juan, otro vecino de la capital mallorquina, sobre la situación que se está viviendo ahora mismo.
Productos perecederos como la leche, fruta y verduras frescas es lo que, según esta cuenta, se ha dejado más de comprar. También ha habido quién ha querido hacer hincapié en el hecho de la bajada del consumo de pescado. Pescados como la merluza, la pescadilla o las sardinas, han sido siempre la elección por excelencia de la ciudadanía. Ahora muchos han señalado que han tenido que reducir su consumo de una media de tres días por semana, a uno o ninguno. O bien sustituirlo por pescado congelado.