Preocupación entre los productores agrarios ecológicos de Mallorca por el estado del garbanzo mallorquín
El cambio climático está afectando al cultivo y la producción ha bajado un 33 por ciento en los últimos cinco años
Mallorca
Preocupación en la Asociación de Producción Agraria Ecológica de Mallorca (APAEMA) por cómo el cambio climático está afectando al cultivo del garbanzo mallorquín. La incerteza en las lluvias de finales de invierno y de primavera han provocado que la producción haya bajado un 33 por ciento y la superficie, un 43, en los últimos cinco años.
Es a principios de agosto cuando se suele recoger el garbanzo que se cultivó en la primera quincena de febrero. En la presente campaña 2022/23, de 18 campesinos ecológicos que han cultivado, solo 7 de ellos tienen garbanzo que pueda ser vendido. Miquel Serra, técnico de campo de APAEMA, ha explicado en la SER que la consecuencia de todo esto es "perder una variedad mallorquina importante para el consumo humano y la alimentación del rebaño", pero también un garbanzo que es "una fuente de proteína vegetal muy importante". Una proteína vegetal que, en el contexto actual, permitiría "transitar a una disminución del consumo de la carne", según aseguran desde la asociación.
"Nosotros siempre hemos defendido que la agricultura en el mundo puede permitirse la población que tiene, siempre y cuando no se coma tanta carne. La proteína, o parte de ella, la podemos conseguir directamente de los vegetales. Y en este caso hablamos de una proteína local y no nos podemos permtir el lujo de perderla", ha indicado Serra.
Como solución para mejorar la productividad del cultivo del garbanzo mallorquín, el técnico de campo de APAEMA habla de "avanzar el periodo de siembra" para que el cultivo tenga "más margen" para aprovechar más la lluvia que pueda caer. El problema, según ha explicado, es que el garbanzo "se defiende muy mal de la hierba que sale", por lo que cuanto más tiempo se tenga el cultivo en la siembra, más competencia con la hierba tendrá. Ante esto, Serra aboga por comprar una sembradora de precisión, que permitiría cultivar dos meses antes y tener, además, una herramienta para "controlar la hierba".