0-2. La UD Ibiza ingresa en la UCI

Ibiza

La UD Ibiza sigue sin encontrar el rumbo y con su derrota esta noche ante el Leganés en el Palladium Can Misses encadena cinco partidos consecutivos sin sumar un solo punto, El efecto Anquela no se ha notado por ahora en un equipo que mantiene los mismos problemas de toda la temporada: regala goles fruto de errores inconcebibles y es incapaz de generar desequilibrios en ataque. Los futbolistas celestes, juegue quien juegue, salen siempre perdiendo en los duelos individuales, son inocentes en el uno contra uno y hasta ahora carecen de la contundencia imprescindible para sobrevivir en la Liga SmartBank. Y en muchos casos, donde hay más talento, la confianza está por los suelos o la baja forma es alarmante.

Lo único bueno de todo este desaguisado, es que se está en una fase de la competición en la que hay tiempo para reaccionar, pero para ello hay que cumplir con la primera premisa que reclamó su técnico, saber competir. Hoy por hoy el Ibiza no tiene respuestas a las adversidades que se le plantean en un partido, sufre desajustes fatídicos y lo más preocupante, no tiene fútbol, capacidad para generar juego vertical que se traduzca en oportunidades de gol ante el marco contrario, más allá de dominar los encuentros en algunas fases.

El entrenador de la UD sabe que para sacar la cabeza del hoyo se tiene que dejar la portería a cero. Así que optó por colocar en el once inicial a tres centrales, Martín, Goldar y Álvaro García, y sorprendió con Zé Carlos como titular en el lateral derecho. La apuesta por el portugués salió rana. Blando en defensa, tímido en ataque. El otro problema fue que el cambio de sistema dejó la zona ancha con solo dos jugadores, Diop y Morante y nada más darse el pitido inicial se vio que había superioridad visitante en la medular. Fede Vico, Rubén Pardo, Undabarrena tocaban y tocaban sin oposición y el Ibiza no salía de su campo, con el trío ofensivo, Nolito, Herrera y Castel, desconectado.

El Leganés era el amo del encuentro y hacía daño en las jugadas a balón parado, otra asignatura pendiente que de momento no se solventa. En los lanzamientos de esquina estuvo el mayor peligro visitante en el primer tiempo. Raba tuvo una buena ocasión cuando solo se habían jugado cuatro minutos y Sergio González la más clara con una buena respuesta de Fuzato.

En los primeros 45 minutos, el Ibiza fue incapaz de acercarse a la portería de Riesgo, así que tampoco generó una sola jugada de peligro, pero aguantaba el empate inicial hasta que en el tiempo de descuento, Raba controló de espaldas en la zona ancha, se fue como quiso de su marcador con un control de espaldas y se aprovechó del desbarajuste de los centrales que se fueron hacia sus marcas, dejando un pasillo como si se abrieran las aguas del Jordan. Así que el delantero del Leganés llegó sin oposición al punto de penalti y fusiló a un vendido Fuzato con un gran disparo con la pierna izquierda. Un gol que no puede permitirse si se juega en el fútbol profesional.

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Otra vez en el descuento recibía un mazazo el Ibiza, obligado a reaccionar. Anquela cambió el dibujo para la segunda parte, quitando a un central, Álvaro, que se hizo daño en la jugada del gol y a un inoperante Zé Carlos para dar entrada a Coke y a Bogusz. La presencia de otro jugador en la zona ancha equilibró el choque, pero no sirvió para generar peligro ante Riesgo, porque Herrera y Nolito que parecieron una sociedad perfecta ante el Lugo, no han vuelto a aparecer desde esa última victoria ibicenca.

Entraron también Isma Ruiz recuperado por fin de su lesión para poner más músculo en el medio campo, Appin y Suleiman, pero tampoco los jugadores de refresco le dieron otro aire al partido, Dominaban los locales, porque el Leganés se echó atrás, pero solo hubo una ocasión en un saque de esquina que cabeceó al larguero Goldar. El resto fue otra vez un dominio infructuoso y sin peligro. Hasta que en los compases finales una contra de Fede Vico por izquierda la remachó en boca de gol Naím para finiquitar el partido.

Se esperaba este choque como el inicio de la reacción, pero la impresión fue otra vez decepcionante. Hay que levantarse, porque sumar puntos empieza a ser ya una urgencia.