Los hoteleros de Sant Antoni piden "consenso y menos política" para acabar con el turismo de excesos

Ibiza

Los hoteleros de Sant Antoni reclaman "consenso y unidad y sobre todo determinación" a todas las administraciones implicadas para acabar de una vez por todas con el turismo de excesos en el municipio. Los empresarios aseguran que hay que dejar de lado la política y actuar de una vez por todas ante un problema que, dicen, está "focalizado y hay que resolverlo"·

En plena polémica con acusaciones cruzadas entre el Govern, el Consell de Ibiza y el Ayuntamiento de Sant Antoni, sobre el cumplimiento del decreto contra el turismo de excesos en el municipio y la falta de inspecciones y sanciones a establecimientos, el vicepresidente de la asociación Hotelera, Juanjo Planells, reconoce que las imágenes que han vuelto a repetirse este verano en la zona del West End en pleno casco urbano "dañan el destino Sant Antoni". Por eso, cree que ha llegado el momento de actuar, coger el torno por los cuernos y dejar de hacer política con el turismo de Sant Antoni. Emplaza a todas las administraciones "primero todos los grupos políticos del Ayuntamiento y después el resto de administraciones implicadas a sentarse en la misma mesa, trabajar con seriedad y buscar la unidad y el consenso "porque hay mucho en juego y vale la pena intentarlo".

Planells dice que Sant Antoni está muy cerca de conseguir su objetivo de reposicionarse como destino turístico y tiene claro que no quiere más visitantes, "que no respeta las ordenanzas municipales y es excluyente con otros mercados y otro tipo de clientes". Por eso reclama un esfuerzo y que se dejen de lado los colores políticos ante algo que debería ser visto como "una cuestión de estado". Destaca el esfuerzo que se ha hecho por parte de los empresarios de hostelería y restauración en la modernización y reforma de los locales, subiendo de categoría " y todo esto no puede tirarse por la borda"

Los hoteleros dicen que tiene claras las directrices a seguir una vez que se consiga acabar con el turismo de excesos con una línea marcada entre administraciones y sector privado.