La Columna de Carlos Arcaya: «El ascensor y las lanzaderas, metáfora de la falta de prioridades de esta ciudad»

La pasada semana Alicante se llenó de cruceristas que lo volvieron a tener crudo para subir al Castillo de Santa Barbara. Ni el ascensor funcionaba ni había lanzaderas para subir a la fortaleza, el hito histórico más visitado de la provincia y nuestro principal reclamo para los visitantes. Y este es un problema endémico, que va más allá del hecho puntual de atraer cruceristas y de que se den una vuelta por la atalaya. Y, a mi juicio, tiene mucho más que ver con la falta de objetivos o de estrategia como ciudad. No solo se trata de realizar visitas teatralizadas al castillo y de la instalación de tiendas para que los turistas dejen allí sus euros, como propone el bipartito. Y tampoco se trata de pedir alegremente una sede del Hermitage. Estamos hablando de un todo, de mejorar la imagen global de la ciudad. De conseguir que ese efecto de atracción que indudablemente tiene la fortaleza de Santa Barbara se extienda por toda la ciudad. Y en ese sentido, lo que ocurre con el ascensor y con las lanzaderas no deja de ser una gran metáfora sobre la falta de orden y de prioridades de esta ciudad, pese a las muchas posibilidades que tenemos.