Manfredo nunca jugó en el Sporting

Gijón

En el capítulo anterior de la Manfredoteca se trató el caso de Manfredo, un tocayo del periodista deportivo que coordina esta sección sobre la historia del Sporting. Jugamos con la broma de que Manfredo, al menos un Manfredo, había jugado en el club gijonés.

Aquel Manfredo, nacido a principios del Siglo XX, militó dos temporadas en el Sporting de los años 30 junto a míticos como Perico Pena, Eduardo Herrera “Herrerita” o Ramón Herrera “El Sabio”.

El historiador Frichu Yustas desvela que en realidad Manfredo era un apodo que acogió Ataúlfo Argüelles, un defensa local que admiraba a otro jugador italiano llamado Alessandro de Magistris. Este zaguero lombardo militó en el Inter de Milán, compaginando el fútbol con una durísima situación personal y familiar.

De Magistris tenía como mote “Mangreto” que, al parecer, en un dialecto de su zona natal, significa flacucho. Ataúlfo conoció su historia en una revista especializada y empezó a decir que su ídolo era Mangreto. Lo repetía constantemente pero ese término derivó en “Mangredo” -incluso existen cromos suyos con esa denominación- y luego en Manfredo, nombre poco común pero que sí existe en español.

Ataúlfo ya utilizó ese apodo desde sus inicios en El Molinón hasta el final de su vida. Todos los amigos, conocidos, aficionados, familiares y prensa local le citaban así: Manfredo.

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De hecho, tras dejar el fútbol, Ataúlfo abrió una sidrería en la Carretera La Costa con el nombre de Manfredo Argüelles.