Fútbol

El 'nuevo' Sporting empieza con buen pie

Los rojiblancos rompen una racha de dos meses sin ganar imponiéndose al Burgos (2-0) con goles de Olaetxea y de Dotor, a pase del también debutante en El Molinón Nico Serrano

Los jugadores del Sporting celebran el gol de Lander Olaetxea. / LaLiga

Los jugadores del Sporting celebran el gol de Lander Olaetxea.

Gijón

Hay tardes que salen redondas. Todo sportinguista hubiera firmado a primera hora de la tarde que su equipo volviera a ganar dos meses después, a ser posible que lo hiciera con justicia (como sucedió), sin tener que sufrir hasta el último minuto y, ya puestos, que los dos refuerzos invernales se estrenaran con buen pie. Y así fue. Hubo que tirar de cierta paciencia, tal y como había advertido Albés, pero un gol del polifacético Olaetxea y otro del recién llegado Carlos Dotor a pase del debutante Nico Serrano le dieron el primer triunfo a este renovado Sporting, que dio el primer paso hacia una remontada que sigue siendo complicada. El triunfo lo vivió, en su retorno, Joaquín Alonso, con el que parece que ha vuelto la sonrisa a El Molinón.

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El Sporting fue mejor que el Burgos, sin ningún tipo de dudas. En algunas fases ligeramente superior; en otras bastante mejor. Al equipo gijonés le pesó en algunas fases la ansiedad aparejada a la necesidad de victoria, pero acabó logrando una victoria que podría ser balsámica no solo a efectos clasificatorios, sino también de tranquilidad. Eso y el impulso de los nuevos fichajes, que dejaron una buena impresión (Nico Serrano sin haber entrenado ni medio minuto con sus compañeros) son los argumentos para pensar con otro talante en lo que queda de temporada, aunque llegue un poco tarde y la desventaja sea notable. En el mejor de los casos el Sporting acabará la jornada a 7 puntos del playoff. No es un abismo, pero es una brecha importante.

Rubén Albés hizo algo que se le pedía: no dejarse llevar por la inercia y sorprender con el once. Reclutó a Nacho Martín, adelantó a Nacho Méndez y trasladó a Juan Otero a la banda derecha, reubicando a Dubasin en el puesto de extremo izquierdo, para entregarle la punta de ataque a Víctor Campuzano. Una vuelta de tuerca. Durante el partido tuvo variantes de calidad, por las caras nuevas y a pesar de las bajas.

Ya mereció el Sporting marcar en la primera mitad. No tuvo muchas, pero algunas sí suficientemente claras como para ponerse en ventaja, gracias a un dominio claro sobre su rival. Cantero impidió el remate de cabeza de Maras tras una prolongación de Campuzano, Otero desperdició un contrataque liderado por Campuzano, que filtró un gran pase que el colombiano no atinó a chutar entre los tres palos; el colombiano pudo marcar un golazo en una falta lateral que se fue fuera por poco e incluso la defensa del Burgos estuvo a punto de marcar en propia en un balón muerto en el área tras la llegada a línea de fondo de Nacho Martín. No aprovechó ninguna; hubo que confiarlo todo a la segunda parte.

El dominio rojiblanco fue mayúsculo en la segunda parte. Pronto llegaría el gol que cambió el tono de la tarde, aunque tuvo que ser a balón parado: una falta lateral que cae a los pies de Maras, que muy hábilmente le filtra un pase al hueco perfecto a Olaetxea para abrir la lata. El tanto fue del vasco, pero parte del mérito fue del serbio, como demostraron sus propios compañeros en la celebración.

Tuvo Dubasin una buena ocasión para ampliar la renta, pero el portero Cantero evitó que El Pingüino finalizara un contragolpe conducido por Juan Otero.

Debutó Nico Serrano, sustituyendo a un trabajador Campuzano. Posiblemente sea un caso inédito el de un jugador que debute con la camiseta del Sporting sin un solo entrenamiento con sus compañeros. Pero salió bien: una asistencia, una ocasión y buenas vibraciones. Calidad y desborde parece tener este futbolista. Ojalá haya llegado a tiempo.

Antes de que Serrano sirviera y Dotor marcara, hubo una fase en la que El Molinón sufrió un poco. No por méritos del Burgos, sino por el temor (fundado, por los antecedentes) de que con un marcador tan pírrico, un despiste saliera caro. El Sporting se aculó y optó por no arriesgar. Puso una línea de cinco delante de su área y confió la sentencia a una posible contra. Hubo una acción significativa: una posible contra en la que Otero, en lugar de mirar hacia el campo contrario, optó por frenarse y tocarla atrás. En El Molinón no gustó.

Olaetxea, decisivo en las dos áreas, estuvo providencial para corregir un error de sus compañeros y evitar que Íñigo Córdoba (el jugador más peligroso del Burgos) provocara un susto.

Pero la tranquilidad llegó en la conexión entre los dos nuevos. Nico Serrano debutó (jugando por la izquierda) asistiendo a Dotor, que con un golazo devolvió la tranquilidad en El Molinón. Y que, como sucede en el caso de Dubasin, en un partido ya ha sido más relevante en el Sporting que en el eterno rival.

David González

David González

Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...

 
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