El salmón en los ríos asturianos, bajo mínimos ¿Hay que prohibir su pesca?
Pescadores y comunidad científica discrepan sobre el estado de las poblaciones y las medidas necesarias para recuperarlas
Oviedo
El dato en sí es preocupante, muy preocupante. Durante la última temporada se echaron a tierra 414 salmones en los ríos asturianos. Ha sido una de las peores que se recuerdan y parece confirmar la tendencia iniciada hace unas décadas. Quedan muy lejos los años en los que se cerraba la temporada con varios miles de peces precintados en las riberas de los pocos ríos salmoneros que se mantienen en Asturias. Las causas habría que buscarlas en varias prácticas y escenarios: la contaminación de los ríos, los pantanos, la pesca en alta mar (no solamente en los ríos), o los depredadores (el famoso cormorán). Y esta situación no es específica de los ríos asturianos con poblaciones más vulnerables ya que se encuentran en el límite sur de su zona de habitabilidad. Más al norte, en países donde las poblaciones de salmón atlántico son mucho mayores, también están notando la disminución progresiva de ejemplares.
Científicos y organizaciones ecologistas están de acuerdo en que la especie está en serio peligro de extinción y que es necesario tomar ya medidas drásticas y urgentes para tratar de evitar la total desaparición de los salmones en nuestros ríos. Lo afirma David Álvarez, biólogo de la Universidad de Oviedo y autor de varios estudios sobre el tema: “Hay que establecer ya una moratoria sobre su pesca hasta su recuperación y dejar de repoblar los ríos del modo en que se hace ahora, con alevines con muy poca variabilidad genética que, a la postre acabarán perjudicando a la especie”. No hace mucho, la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies reclamaba valentía al gobierno asturiano para tomar medidas ante la crítica situación. En Hoy por Hoy Asturias hemos hablado también con Iván Vázquez, portavoz de la Coordinadora Ecologista. Desde ese mismo ámbito denuncian que “si no se ha hecho ya, es por el impacto económico que tiene la pesca en las riberas de los ríos asturianos y por lo impopular que resultaría vedar la pesca del salmón en una región como esta en la que esta práctica forma parte de su cultura”.
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Pero hay mucho otros que están convencidos de todo lo contrario. Desde las riberas de los ríos, sociedades de pescadores como El Esmerillón, en el Sella o Las Mestas del Narcea, continúan con las repoblaciones convencidos de su eficacia, del mismo modo que rechazan que la situación obedezca a una importante tendencia a la baja. Antón Caldevilla, presidente de El Esmerillón se muestra convencido de que la especie no está en peligro de extinción “porque hay salmones, lo que pasa es que en años como este la meteorología no ayuda y los salmones no pueden subir a los ríos porque no hay agua y los peces se quedan saltando en la ría, en Ribadesella, y no suben”. Y en lo que se refiere a las repoblaciones, desafía a ecologistas y científicos “a que muestren los estudios en los que se afirma que esa poca variabilidad genética perjudica a la especie”.
Lo cierto es que la situación es una y los puntos de vista muy diferentes. Al final la última palabra la tendrá la administración regional. Hace unos meses, desde el gobierno asturiano se llegó a afirmar que “si la tendencia continuaba, se tomarán medidas”. Son muchos los que creen, no solo que ha llegado el momento de hacerlo, sino que es muy posible que hayamos llegado tarde y no se consigan ya recuperar las poblaciones.