Una escuela de supervivencia que trabaja desde hace años en el Pirineo
Con talleres pensados para familias o profesionales, desde militares a viajeros

Escuela Kodiak de supervivencia cabaña

Jaca
Mucho antes de la recomendación de la Unión Europea de un kit de supervivencia para "poder subsistir durante al menos 72 horas sin necesidad de ayuda del exterior", la cultura de la preparación y la autosuficiencia ya se enseñaba a muchos interesados. La escuela Kodiak de supervivencia lo hace a modo de ocio y formación en el entorno natural del Pirineo desde hace una década, atendiendo tanto a familias como a profesionales, desde militares hasta personas que van a viajar a países con menor infraestructura.
Jokin Pallarés es uno de sus integrantes. Para él es fácil, pensar en cómo vivían o viven nuestros abuelos, algo nada lejano. O los montañeros, explica, con una mochila preparada para pasar la noche en el monte en condiciones de autosuficiencia.
Cada año en España – explican- más de mil personas de diferentes edades son rescatadas por falta de preparación. La gran mayoría practicando senderismo o actividades sencillas. Estas situaciones conllevan como mínimo una experiencia traumática y en algunos casos la muerte, por lo que animan a aprender técnicas de supervivencia que están lejos, añade Jokin, del movimiento de los “preparacionistas” que construyen búnkeres o enseñan a disparar armas a sus hijos.
Enseñan a hacer fuego con palos, preparar una cabaña refugio o fabricar tus propios instrumentos con elementos que encuentras en la naturaleza. Información sobre plantas o de rastreo de fauna, y así, un largo etcétera. Estos cursos, añade, son una experiencia divertida que su grupo comenzó a perfeccionar “después de muchísimos años de experiencias, expediciones y viajes a algunos de los lugares más bellos del planeta”, y es que sus objetivos, explican, pasan por “promover la conservación de la naturaleza y el conocimiento de los valores de otras culturas, y que a la vez que os llevéis una impresión diferente de las zonas que visitáis.”
Solamente recordar algunas cosas que hace pocos años hacían a diario nuestros abuelos y que, debido a la tecnología, poco a poco se nos están olvidando. La vida tan cómoda que llevamos, cuando menos lo esperemos, puede fallar. Y fallará... aunque solo sea por unos días... Si algún día nos vemos en una situación delicada, mejor estar preparados.