Cuidado, procesionaria
El ayuntamiento de Zaragoza realiza todo el año labores de prevención para reducir los efectos de esta plaga

Hoy por Hoy Zaragoza y la procesionaria (11/03/25)
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Zaragoza
Estamos en la época de la procesionaria, la temida oruga que empieza a descender de los pinos. Su presencia es habitual en parques y jardines de todo el país. Zaragoza cuenta en su ámbito urbano con más de 15.000 pinos, de los cuales 7.000 ejemplares están en el viario, por lo que la estrategia del área de Medio Ambiente del ayuntamiento de la ciudad se centra en las labores preventivas para mantener la procesionaria en sus niveles mínimos.
Una labor continua que se inicia como explica José Arrieta, técnico del servicio de Parques, "antes de que se formen los nidos y se colocan trampas en los arboles". Una tarea que comenzó ya en verano y donde las principales áreas de actuación son "los colegios, zonas de recreo infantil y donde se mueven las mascotas". Toda precaución es poca, porque su contacto produce muchas reacciones alérgicas. Por eso, se anima a la participación ciudadana para que comuniquen cualquier nido que pueda avistarse "para poder actuar cuanto antes".
En cualquier caso, se ha detectado que la incidencia es menor que años anteriores "y la causa puede estar en las temperaturas y el los efectos del cambio climático".
Mascotas
Lavarse la zona con agua y aplicar frío local para calmar la sensación de picor o ardor, son algunos remedios si entramos en contacto con la procesionaria. Las lesiones suelen durar 24 horas, pero si transcurrido ese tiempo sigue molestando lo mejor es acudir a una farmacia o centro de salud.
Pero, si las afectadas son nuestras mascotas, ¿qué hacemos? En este caso lo mejor es acudir cuanto antes a un centro veterinario. Natalia Arnal, vocal del colegio de veterinarios, señala que son "los pelos de la oruga los que producen estos efectos". Lo primero, dice "es usar agua tibia no fría, por eso aconsejamos a los dueños que la lleven encima para hacer uso de ella si es necesario, y no arrastrar la zona para nos esparcir esos pelos".
Las consecuencias es que "nuestros animales van a estar muy nerviosos, chupan sus patas, su cara, lo extienden y con ello tienen irritación ocular y nasal". El problema "es la inflamación de las mucosas si no actuamos rápido". Y otros animales tienen "vómitos y problemas gastrointestinales". Por eso, mucha precaución cuando salgan a pesar con sus mascotas.