El Auditorio de Zaragoza cumple 30 años: un tesoro cultural conocido en todo el mundo
El 5 de octubre de 1994 sonaron los primeros acordes del 'Himno de la Alegría' en la sala Mozart del auditorio de Zaragoza
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Zaragoza
El Auditorio de Zaragoza ha cumplido estas fiestas 30 años. El concierto de la Filarmónica de Viena de la semana pasada ha sido la visita que faltaba para decir que los más grandes músicos del mundo han venido a actuar a Zaragoza. Son ellos los que han aprendido que esta ciudad guarda un tesoro cultural. Hemos perdido la oportunidad de que llevara el nombre de una de las más grandes voces de la ópera, Pilar Lorengar, aunque ella nos recibe siempre sonriente desde el único retrato artístico que hay en todo el edificio.
El 5 de octubre de 1994 sonaron los primeros acordes en la sala Mozart del auditorio de Zaragoza. Miguel Ángel Tapia, entonces director, ocupó su despacho un mes antes del estreno. “Me senté en esta mesa, tenía un cuaderno y no sabía cómo llenarlo”
Una compañía pública aceptó el compromiso de inaugurar una nueva etapa cultural para Zaragoza. El auditorio lo estrenó la Orquesta Nacional de España y sus coros. “Comenzaron con una obra magnífica, el ‘Himno de la Alegría’ en su compendio total”, explica Tapia. A este arranque añadieron que se pusieron a cuatro solistas aragoneses para “darle un carácter" de esta tierra. Estos interpretaron ‘Cantos de Pleamar’.
Pero el recorrido del auditorio, hasta que sonara esa oda no fue precisamente alegre. “El Auditorio comenzó con una mala historia, porque los zaragozanos y los medios de información no lo apoyaron”. Costó casi 7.000 millones de pesetas, unos 40.000.000 de “Muy ilusionado pero muy desesperado. No tenía ni una peseta de presupuesto”, ha explicado Tapia.
Fue al año siguiente cuando la cabeza de cartel del ciclo de grandes conciertos atrajo al público en una ciudad donde apenas había interés por la música clásica. “El público se empieza a reconciliar cuando empiezan a venir grandes artistas como fue Alfredo Kraus. Siempre he dicho que fue la buena estrella del Auditorio”.
La Sala Mozart, explica el ex gerente, tiene peculiaridades porque “es toda de madera”. Pocos auditores cuentan con este material, un elemento “muy peligroso para la acústica porque es reflectable y si lo haces bien, suena bien, pero si lo haces mal, no se escucha bien”.
En los pasillos de los camerinos solo hay un único retrato de un artista en todo el edificio. Pilar Lorengar. “Ha sido la mujer que ha representado más elegantemente a la ópera y todo el mundo ha tenido un respeto especial hacia esta mujer. Cantó con dignidad".
En 30 años de Auditorio han pasado por aquí las principales orquestas del mundo. Costó mucho convencer a la Filarmónica de Berlín y recientemente hemos podido disfrutar de la Filarmónica de Viena. Gracias al paso de estas grandes orquestas y directores, se habla del auditorio de Zaragoza como un espacio único en el mundo.