Sociedad

Marea morada para conmemorar el 8-M en Huesca: "¡Que viva la lucha de las mujeres!"

Bajo el lema "Yo, feminista. ¿Y tú? la Asamblea 8-M lograba congregar a más de un millar de personas en la calle

Huesca

Unas 1.200 personas, según los datos de la Policía Local de Huesca, volvían a salir a la calle un 8 de marzo más en el Día Internacional de la Mujer para recorrer las calles del centro de la capital oscense bajo el lema “Yo, feminista. ¿Y tú?”

La manifestación salía de la plaza de Navarra y tras un recorrido por la calle del Parque, Valentín Carderera, la plaza de la Inmaculada, Coso Alto, Coso Bajo, calle San Lorenzo, Argensolas, Fatás y la plaza Concepción Arenal, terminaba en el punto de inicio para dar lectura a un manifiesto en pro de la igualdad entre hombres y mujeres, en contra de las violencias machistas, a favor de los derechos del colectivo LGTBIQ y frente al discurso de la extrema derecha y sus mensajes misóginos, sexistas y violentos.

Manifestación en Huesca con motivo del 8-M

Manifestación en Huesca con motivo del 8-M

Manifestación en Huesca con motivo del 8-M

Manifestación en Huesca con motivo del 8-M

Una batucada y varios cánticos ponían el ‘colorido’ sonoro a una cita multitudinaria un año más en la ciudad de Huesca, con gente de todas las edades y pancartas a favor de la lucha feminista.

Manifiesto de la Asamblea 8-M

Hoy, 8 de Marzo, ocupamos las calles de Huesca bajo el lema "Yo, feminista. ¿Y tú?” para seguir sumando a cuantas mujeres y hombres quieran formar parte de este movimiento social y político que lleva siglos luchando por la igualdad de derechos, que representa hoy el principal movimiento de impugnación del neoliberalismo y que tiene como objetivo final poner fin a todas las formas de opresión y segregación por cuestión de género.

Porque las mujeres del mundo no somos cuota, somos más de la mitad de la humanidad y no reclamamos sino lo que nos corresponde. Por justicia con las que estuvieron y por responsabilidad con las que vendrán, somos feministas. Todos y cada uno de los derechos que tenemos las mujeres: estudiar, leer, divorciarnos, llevar pantalones, abortar, votar, defendernos, denunciar, salir por ahí… todos fueron conquistados por otras mujeres que pusieron su vida antes que nosotras.

Nuestra responsabilidad es luchar para mantenerlos y ampliarlos para las que están y las que vendrán. “Ningún grupo vulnerable ha visto reconocidos sus derechos por la benevolencia de sus opresores.” Así, mientras derecha y extrema derecha defienden todas las opresiones, el feminismo lucha para hacerlas desaparecer y para que todas las personas tengamos los mismos derechos y oportunidades, defendiendo que todas somos iguales, además de ser uno de los movimientos sociales más activos actualmente y una de las mejores respuestas contra el fascismo. Por eso al feminismo y a las feministas nos odian tanto.

En el Congreso de los Diputados, en los gobiernos autonómicos y en los municipios en los que la alianza PP-Vox ha inclinado el discurso a favor del partido ultraderechista se escuchan discursos negadores de la violencia de género o antiaborto, discursos que niegan los derechos del colectivo LGTBIQ, xenófobos y racistas. Discursos, en definitiva, en contra de los derechos que tanto se ha tardado en conseguir y que pueden ser recortados, anulados, eliminados una y otra vez. Y se encuentran también los discursos antifeministas del conjunto de comunidades de hombres en Internet, asociados a la extrema derecha, que reproduce un mensaje misógino, sexista y violento.

La enorme diferencia frente a reacciones antifeministas de épocas anteriores es que ésta se propaga por las redes sociales a una velocidad imparable alcanzando una audiencia global, amplísima, disparando teorías conspirativas sobre violencia de género, “denuncias falsas”, sexualidades diferentes, agresiones sexuales… Detrás de la reacción antifeminista global está también “la obstinada transmisión cultural de las normas de género, normas que persisten por la labor silenciosa y a menudo inconsciente de los estereotipos de género”.

La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas publicada el pasado enero sobre la percepción de la igualdad entre mujeres y hombres en España nos indica, entre otras cosas, que el discurso antifeminista empieza a hacer mella en parte de la población ya que al parecer hay un 44% por ciento de hombres que considera que "se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se está discriminando a los hombres". Pero nosotras nos preguntamos, ¿cómo se puede ir demasiado lejos en la igualdad? O se es igual o no se es, no hay término medio.

Violencias machistas

Cincuenta y seis mujeres fueron asesinadas en nuestro país en 2023 a manos de sus parejas o exparejas, siete más que en 2022, seis en lo que llevamos de año 2024, mil doscientas treinta y nueve desde 2003, año en el que se empezaron a contabilizar. Las cifras del horror siguen: cincuenta y seis huérfanos y huérfanas sólo en 2023, la cifra más alta desde el 2013, año desde el que se registran. Desde entonces, cuatrocientos treinta y ocho niños y niñas han sufrido que sus madres fueran asesinadas por hombres que eran pareja o expareja.

Otro dato escalofriante: casi medio centenar de niñas y niños fueron víctimas de la violencia machista, asesinados por sus padres para causar el mayor dolor posible a sus madres. Por lo que se refiere a la violencia sexual, entre enero y junio de 2023, las denuncias contra la libertad sexual, incluidas las violaciones aumentaron un 13%. Crece el número de mujeres que decide denunciar a su agresor, poniendo de relieve que, pese a que queda mucho trabajo que hacer, las políticas feministas, con las medidas implementadas, junto a la concienciación y la sensibilización, tienen, aunque insuficientes, sus efectos. Sin embargo, pese a esa mayor visibilización de la violencia sexual, resulta paradójico que las comunidades autónomas sigan sin poner en marcha los centros de crisis 24 horas, para que las víctimas puedan ser atendidas en cualquier momento y de manera integral tras haber sufrido algún tipo de violencia sexual.

Esperamos que en Aragón a finales de 2024 estén en funcionamiento los tres con los que contará nuestra Comunidad. Nos preocupa que haya muchas más denuncias que mujeres atendidas. Aunque el aumento de dichas denuncias pueda ser fruto de una mayor concienciación social, es intolerable que no podamos ser autónomas, dueñas de nuestras vidas ni de nuestros cuerpos; que expresarnos o simplemente caminar por las calles nos produzca miedo. No estamos dispuestas a consentir ni una sola manifestación de violencia contra las mujeres.

Y decimos BASTA a todas las violencias que sufrimos en todos los ámbitos y espacios de nuestras vidas. Finalmente, urge el desarrollo normativo de importantes leyes aprobadas la pasada legislatura para que se hagan efectivos los derechos que se reconocen: la ley del aborto para que pueda llevarse a cabo en la red sanitaria pública, algo que todavía no es posible en los hospitales públicos de muchas ciudades. Asimismo, sigue pendiente el desarrollo reglamentario de la ley trans que garantice los derechos del colectivo. Está también por aprobar la ley antirracista y la ley de trata, un Pacto de Estado contra la LGTBIQfobia, la universalización de la educación pública desde los dos años y la ley que garantice el mismo nivel de protección a las familias monomarentales con dos hijos/hijas que a las familias numerosas. Celebramos la decisión histórica de Francia al blindar el derecho al aborto en su Constitución el pasado 4 de marzo. Las leyes feministas son reflejo de las demandas del movimiento feminista, de nuestra capacidad de organizar, movilizar y generar conciencia hasta llevar nuestras exigencias a las instituciones y conseguir su aprobación.

Por eso también, seguimos luchando. ¡QUE VIVA LA LUCHA DE LAS MUJERES!

 
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