Sociedad

La Catalítica, una historia de licencias cuesta arriba

Este negocio en la ciudad de Huesca tiene tres licencias de actividad, como bar, cafetería y gimnasio y ahora tratan de conseguir una cuarta como bar musical

La Catalítica en Huesca

La Catalítica en Huesca

Huesca

Para algunos empresarios y comercios de Huesca, la obtención de licencias para sus negocios es una historia interminable. Tanto es así que, según Carmelo Matos, regente de La Catalítica, "dan ganas de rendirse". Es un ejemplo de un bar que, además, alberga clases de baile entre semana y que es escenario de exposiciones, ciclos de cine, recitales de poesía, exhibiciones, etc. Por eso, necesitaron una licencia de bar, otra de cafetería y otra de gimnasio. No fue fácil. Fue "un proceso costoso en su momento", ocho años atrás, en el que "el Ayuntamiento no puso muchas trabas pero tampoco ayudó en exceso".

Ahora, el objetivo es convertirse en un bar musical, con un horario de apertura más amplio y sobre todo poder organizar conciertos. Pero está "muy muy difícil", precisa Matos, porque la normativa es cada vez más estricta y cumplirla es prácticamente imposible teniendo en cuenta los locales disponibles en la ciudad para usos de este tipo.

Desde su punto de vista, "el Ayuntamiento no entorpece, pero tampoco ayuda con esto de las licencias", dice Carmelo, que considera que el consistorio debería "acompañar y apoyar al empresario en estos procesos" y tratar de aportar soluciones conjuntas.

 
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