La SD Huesca quiere una dulce despedida de la temporada

Huesca

La SD Huesca cierra la temporada en casa ante el Éibar en un partido con menos trascendencia de la que podría haber tenido al quedar fuera del ascenso directo los de Garitano. Los de Ziganda quieren ganar y dar esa última alegría en el Alcoraz a los aficionados, como ha señalado el técnico en la previa de un encuentro que será seguro de despedidas para algunos de los integrantes de la plantilla y de un año con luces y sombras.

A pesar de parecer que no hay mucho en juego, el Huesca quiere ampliar sus números como local y ganar dos partidos seguidos, algo que se ha resistido este año, y mejorar la clasificación en puntos y puestos. Por ello, Ziganda espera un partido serio ante un rival duro y que no tiene opciones de ascenso directo, pero que vendrá a ganar y llevarse buenas sensaciones para el playoff.

El técnico no podrá contar con Carrillo y son duda Jérémy Blasco y Kanté y aseguraba que pondrá un equipo competitivo para luchar por los tres puntos, aunque no se forzará a los jugadores que arrastran molestias. Tampoco ha querido desvelar si algunos de los que parece no van a continuar tendrán el premio de jugar este último partido.

Lo que está claro es que en un partido en Segunda División “siempre hay algo en juego y, con este partido, queremos terminar con un dulce, con buen sabor de boca, dejando buenas sensaciones y, sobre todo, que la afición se vaya contenta”, decía Ziganda.

El entrenador quiere que “se vea a un equipo serio, que juega unido y lo deja todo. Queremos irnos con esperanza de cara a la próxima temporada” y es que sería muy importante cambiar el sabor amargo del día de la Ponferradina, por algo más amable y bonito para cerrar el año. “Es verdad que el partido no fue bueno, el público hizo notar su malestar y no queda otra que aceptar y tomar nota y, no solo quedarse ahí, sino ponerse manos a la obra para mejorar. Así que es la oportunidad, gran y última oportunidad ante un rival de mucha entidad”.

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El técnico es consciente de que los últimos partidos en casa no han sido buenos y buscará quitarse esa espina y “podemos darle un empujón a este final de temporada, demostrar que somos capaces de ganar dos partidos seguidos ante un rival de mucha calidad que mantiene el espíritu competitivo a tope y al que tendremos que plantar cara”.

Llega un Éibar que es un rival duro, a pesar que no está en su mejor momento y “está claro que están haciendo una gran temporada, ahora ha desaparecido de su objetivo el ascenso directo, pero pelean por puestos de play off. Espero un partido serio, son muy buenos jugadores, con mucho ritmo y que someten a todo tipo de contrarios. En cuanto a exigencia y oponente, espero la máxima dificultad”, decía.

También hacía una rápida valoración de la temporada con cosas positivas, pero otras que mejorar de cara a la próxima campaña y lo que se puede cambiar porque el Huesca está en la clasificación “en relación al juego que hemos realizado” y lejos de los de arriba y en un grupo de mucha igualdad y de un nivel muy parecido.

El Cuco Ziganda sabe que ganar este sábado será importante para pensar en positivo y tras un largo verano que lo que pueda venir la campaña que viene sea mejor para la SD Huesca.