2022: el año catártico del presidente Lambán

Zaragoza

Cuando un agnóstico militante como Javier Lambán asegura en su discurso de fin de año que "nunca olvidará" su encuentro con el Papa, algo le pasa. Y es que al presidente le han pasado muchas cosas este 2022 que termina. Y la más importante de todas no es ningún logro político sino vital: la superación de su prueba más difícil, el cáncer de colón que anunció que padecía en febrero del 2021 y del que le declararon sano este 2022.

Con esa premisa no es de extrañar que la sanidad y la salud sean el principio y el cierre de su discurso de fin de año. Tampoco su principal declaración de intenciones: "He servido y quiero seguir sirviendo a Aragon".

Es año, el 2023 que empezamos, de elecciones y, con sentencias como esta, Lambán deja bien sentado su plan de futuro. La hoja de ruta, ya la conocemos, pero también la repite en esta ocasión: sanidad -que para eso ha aumentado el presupuesto-, economía -y su reforma fiscal- y política templada y alejada de los extremos. Y al enemigo ni agua.

Y aquí, no sólo relucen adversarios que el presidente transforma en símbolos como el del Aeropuerto de Teruel, sino también el que tiene en casa, un presidente Sánchez que depende, cada vez más, así lo dice sin citarlo, de los extremos, de los que Lambán huye a fuerza de fagocitarlos.

Del Papa Francisco escuchó Javier Lambán un discurso que le gusta, que las ideologías no pueden estar por encima del bien común, y está dispuesto a seguir aplicándolo... Hasta que le dejen.

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