Los altos costes de la energía, principal preocupación de la hostelería que ve cómo se triplican sus facturas
Un 71,3% de los hosteleros habla de malas previsiones para el último trimestre del año
Huesca
Existe preocupación en la Asociación Provincial de Hostelería y en el sector, tras comprobar los datos extraídos de un estudio en el que han participado 67 empresas de hostelería (de restauración, cafés bares, ocio y alojamiento), que pone de manifiesto que la subida del último ciclo de facturación es un 175% superior a la anterior, lo que se traduce en que prácticamente los costes se han triplicado. Estos incrementos suponen la mayor preocupación para el 95,7% de las empresas. Además, las previsiones hablan de una caída de la facturación en el tercer trimestre del año.
El estudio indica que un alojamiento hotelero de Huesca está pagando actualmente de media, por la energía consumida, unos 7.030 euros, cuando anteriormente su factura era de 3.058 euros. Para los restaurantes, la diferencia va desde los 3.928 euros, que se pagan actualmente por la factura eléctrica, frente a los 1.475 euros del anterior ciclo de facturación. Y para los cafés, bares y establecimientos de ocio nocturno, los incrementos van de los 2.400 euros actuales frente a los 800 anteriores.
Estos costes de la energía, sumado a la inflación, la subida de los tipos de interés, los créditos ICO o los cierres prolongados del sector durante la pandemia, hacen muy difícil su sostenibilidad.
Desde Hostelería de España se asegura que la mayor parte de los negocios hosteleros, un 75% han notado que el aumento generalizado de costes ha propiciado una tendencia al ahorro por parte del cliente. Las previsiones para el último trimestre son de caída media de las ventas. Un 71,3% de los encuestados piensa que la facturación va a ser inferior a la de 2019.
Es un mal que está azotando a todo el sector en España. Hostelería de España propone una serie de medidas que se apoyan desde Huesca. Entre ellas, una reclasificación por los cambios en su estructura de costes y disponer de un estatuto similar al del consumidor electro intensivo; aprobación y puesta en marcha de bonos eléctricos; eliminación de peajes y búsqueda de fórmulas de contratación adaptada a la realidad del sector, en términos de potencia o discontinuidad en diferentes periodos del año; rebajar los impuestos eléctricos y los costes regulatorios, o promover los sistemas de compra agrupada.