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La contratación en origen, ¿solucionará la falta de mano de obra?

Las empresas aragonesas no encuentran trabajadores cualificados en sectores como la hostelería, el transporte o en ingeniería. Falta formación y reciclaje de competencias, y los trabajadores también buscan estabilidad, un mejor sueldo y poder conciliar. El Gobierno plantea la modificación del reglamento de la Ley de Extranjería

Línea de ensamblaje de chips electrónicos de fábrica de maquinaria inteligente / sesame

Línea de ensamblaje de chips electrónicos de fábrica de maquinaria inteligente

Zaragoza

La falta de trabajadores cualificados ya es un problema para las empresas aragonesas que, a día de hoy, encuentran muchas dificultades para contratar mano de obra. Una de las causas está en la pandemia, con personal que emigró a otros sectores y que no ha vuelto, por lo que los esfuerzos de recualificación van a ser necesarios.

El debate está en la calle, con casi 59.000 parados y la noticia está en que las empresas no encuentran empleados. Afecta prácticamente a todos los sectores.

Carmelo Pérez, secretario general de Cepyme Aragón, señala que "hay sectores estratégicos, como es el transporte, la hostelería, la construcción, determinadas industrias, todo el sector de la tecnología, especialidades como torneros y fresadores o fontanería y electricidad".

En estos momentos, "hay una demanda absoluta de personal y que no se encuentra".

A esto habrá que sumar, las nuevas inversiones que llegan a Aragón y que generarán 3.000 empleos nuevos, "como mínimo", matiza Pérez. "Estamos hablando de Amazon Web Service, Bon Area, Becton Dickinson... Y no hay personal para eso".

Reciclaje de competencias

"¿Estamos trabajando para crear cantera? Sí, pero eso no se consigue de la noche a la mañana", afirma el secretario general de Cepyme Aragón.

El origen del problema es completo, según Pérez, porque la pandemia hizo que, sobre todo, en el sector de la construcción y hostelería se perdiera mucho trabajador que no ha vuelto.

Por eso, dice, habrá que hacer un "esfuerzo de recualificación", porque "hay mucha gente que no va a poder a volver a trabajar en lo que estaba trabajando; tiene que asimilarlo y entenderlo y tiene que haber ayudas".

Es decir, "ha habido un desajuste entre lo que sabe hacer y lo que se demanda" o "en lo que estaba trabajando y lo que se necesita".

Cambios en la Ley de Extranjería

Y abre la puerta a la reforma de la Ley de Extranjería, "con la posibilidad de traer a gente de fuera que pueda cubrir la demanda de los puestos que no se cubren aquí dentro".

Ahora, recuerda Pérez, "solo se permite dar permisos de trabajo en función de parámetros como reagrupamiento familiar o el arraigo; pues habrá que replantearse si la oferta de un trabajo fijo pueda ser también la concesión de permisos de trabajo que favorezcan que las empresas puedan encontrar al personal necesario".

Formación a medida de las empresas

Desde el sindicato UGT, su secretaria de Formación y Empleo, Pura Huerta, apuesta por "formar trabajadores, hacer que les resulte atractivos determinados puestos de trabajo" y "también tenemos un problema: los certificados de profesionalidad" que "hay que hacerlos más ágiles y flexibles" para "adaptarse al mercado de trabajo".

Además, "un modelo que tenemos implantado aquí en Aragón, y que es muy interesante, es la formación con compromiso de contratación". Es, destaca, "una formación a medida de las empresas, que solicitan el perfil de trabajador que necesitan, se les forma en ese espacio y se comprometen a la contratación del personal formado".

Hostelería

En sectores como la hostelería celebran la modificación del decreto de la ley de extranjería y que permitiría, como pasa con los temporeros, la contratación en origen. José Luis Izuel, de Horeca, señala que "va a ayudar, sin lugar a duda", pero "no sabemos si es la solución".

La hostelería "tiene un problema complejo, con muchas aristas" pero "lo que no puede ser es que necesitemos mucho personal en temporada alta, turística, que haya unas dificultades prácticamente insalvables par a venir, para traer gente de otros países del mundo, que está formada", apunta.

"Modificación clasista"

Lo que está claro es que el de la hostelería y otro sectores, como el de la construcción, no consiguen atraer mano de obra nacional. Para la patronal, la modificación de este decreto puede ser un aliado; para otros, la contratación en origen no solucionará lo que, a su juicio, es el principal problema: la precariedad laboral.

Muy críticos desde el sindicato Comisiones Obreras en Aragón, que califican este decreto como de clasista e interesada. Su secretario de Empleo y Formación Sindical, Carmelo Asensio, señala que "no puede ser que el Ministerio quiera hacer un cambio tan importante sin tener en cuenta a los agentes sociales".

Es "una modificación claramente clasista" e "interesada en beneficiar a determinados sectores económicos", que "no beneficia a las personas inmigrantes", detalla Asensio. "Estamos hablando de que poder tener contingentes de contratación en origen y a la carta", para "beneficiar a determinadas empresas".

Precariedad laboral

Insiste en que el problema está en las condiciones laborales, que las define como "precarias". Y pone sobre la mesa esta reflexión: "Hay una oferta tan grande entre oferta y demanda porque hay sectores donde los empresarios, al tener unas condiciones laborales y salariales bastante indignas, es muy difícil que la gente vaya".

Añade Asensio que "estoy convencido que si con 58.000 personas desempleadas que tenemos en Aragón se comprometieran a formar a la gente y, sobre todo, a tener unos horarios, unas condiciones de trabajo y unos salarios dignos, no habría ese problema".

En busca de la estabilidad

Lo cierto es que lo sufren las empresas grandes y también las pequeñas. Están en plena capacidad productiva, pero les falta lo más importante: el personal para sacar el trabajo adelante. La mano de obra tradicional se pierde, pero la nueva también. Los sociólogos coinciden en que los trabajadores piden estabilidad y menor precariedad.

Tres factores han cambiado el paradigma del mercado laboral en Aragón: la precariedad en determinadas ocupaciones, las dos grandes crisis - la del 2008 y la sanitaria-, y la falta de adecuación entre la oferta formativa y la demanda de empleo.

Son las tres razones que esgrime el sociólogo de la Universidad de Zaragoza, David Pac. "En los empleos en los que la gente estaba más precaria, se ha producido un desplazamiento de estos empleos hacia otros, donde la situación es mejor por parte de los trabajadores" en relación con "una mayor estabilidad, mejores salarios y la conciliación".

Pone un ejemplo en concreto, el de la hostelería: "Está claro que los horarios de trabajo permiten una menor conciliación de la vida familiar, personal y social de los trabajadores".

Un problema estructural, no coyuntural, que se extiende por toda Europa. En Francia, apunta, "se necesitan entre 200.000 y 300.000 empleos; en Alemania, la situación también es complicada; lo mismo en Reino Unido". En Estados Unidos "plantean que hay 10.000 vacantes que no conseguía cubrir", por lo que esta brecha entre la oferta y la demanda de empleo puede agudizarse y mantenerse en el tiempo.

 
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