Perdonar la deuda
La firma de Juan Carlos Camas en Hoy por Hoy Jerez
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Jerez de la Frontera
PERDONAR LA DEUDA
Hoy se reúne un órgano de nombre casi impronunciable, el Consejo General de Política Fiscal y Financiera. Es el lugar común de encuentro del Gobierno de España y las Comunidades Autónomas para hablar básicamente de cuestiones que tienen que ver con el dinero y sus vicisitudes.
En esta reunión el Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda lleva una propuesta de la que los medios de comunicación no dejan de informar en los últimos días. La condonación, es decir, el perdón a devolver una deuda que tienen acumulada las Comunidades Autónomas en España por un importe de OCHENTA Y TRES MIL MILLONES DE EUROS. Una cifra escalofriante que, por su magnitud, soy incapaz de poder siquiera de entender su alcance.
Ya hay opiniones para todos los gustos y cada partido político tiene la suya. No es para menos dada la importancia de la cuestión. Yo también tengo la mía.
Lo primero que me queda claro es que se perdona a una Administración Pública, la Comunidad Autónoma, devolver parte de una deuda contraída; pero dependiendo de no se sabe qué parámetros, no a todas las Comunidades Autónomas se les perdona lo mismo. A unas más y a otras menos. Parece que eso ya inicialmente apunta a desigualdad.
Lo siguiente que me queda claro es que el acreedor de la deuda no va a perder su derecho a cobrarla, es decir, que lo que va a pasar con esos miles de millones es que van a cambiar de sitio. Entonces, si no paga la Comunidad Autónoma, ¿quién termina pagando? Mucho me temo que los de siempre, los sufridos ciudadanos; los que existimos hoy y los que aún quedan por venir porque todavía no han nacido.
Al final lo que resulta es lo que los sesudos economistas denominan como “ingeniería financiera”, es decir, que todo aparente cambiar para que no cambie nada porque al final esa deuda se va a terminar pagando.
Eso sí, a los que piensan que el sujeto de los derechos es el territorio en lugar de las personas, este tipo de operaciones les resulta muy convenientes. Lo que es difícil de entender es que formaciones políticas que dicen que el centro de su acción es el ciudadano terminen aceptando esta lógica que solo persigue hacer evidente la desigualdad. Ver para creer.
Juan Carlos Camas Peregrino