Una quita como coartada trampa
Montero arma desde el Ministerio de Hacienda una estrategia política en la que ella gana siempre
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La Columna de Alberto Grimaldi ( 25/02/25)
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Sevilla
La utilización de la gestión de la Hacienda pública española para la consecución de objetivos políticos va a ser una constante en el año largo que queda hasta las elecciones autonómicas andaluzas, y quién sabe si también a Cortes Generales. Es lo que tiene el pluriempleo.
Ni 24 horas pasaron entre la ratificación de María Jesús Montero como secretaria general del PSOE andaluz en el congreso de Armilla y el anuncio como ministra de Hacienda de que la quita de deuda a Cataluña, una de las condiciones para que ERC invistiese a Pedro Sánchez en noviembre de 2023, se pacta con unos criterios ad hoc que también le sirva de coartada trampa.
La rocambolesca metodología elegida busca básicamente un doble efecto: cumplir con los independentistas catalanes y con ello dar respiración asistida a esta legislatura nacional inviable y señalar a Andalucía como la comunidad que más deuda con el FLA vería condonada para beneficio de la candidata autonómica socialista.
Porque la condonación no parte del problema de fondo: las comunidades infrafinanciadas recurren a la deuda para sostener su gasto corriente. En el caso de Andalucía toda la que se condonaría proviene de la infrafinanciación.
Utilizando el departamento del Gobierno que dirige, Montero se fabrica una coartada para auto investirse en benefactora de Andalucía, pero sin abordar la cuestión fundamental: la asfixia financiera de un sistema aprobado en 2009 por el Gobierno de Rodríguez Zapatero y pactado con el tripartito de Montilla en el que participaba ERC.
La trampa es doble, porque lo que busca de verdad es dividir al PP y situar al Gobierno de Juanma Moreno en una posición en la que ella gana siempre: si acepta se presenta como gran benefactora y si, como en principio ha hecho, se niega, le facilita el discurso de oposición contra el Ejecutivo andaluz.
La conclusión empero es única: con Montero llega el sanchismo en toda su extensión a la política andaluza: el uso de todos los medios estatales al alcance para lograr seguir en la Moncloa, que es la verdadera razón de su desembarco, más que recuperar la Junta a corto plazo