El Almería da la nota

No le damos el valor que tiene, pero si lo vivido en el Almería-Elche ha sido seguido por las aficiones rivales estarán locas de contentas porque no es precisamente un ‘todos a una’ lo que transmite el equipo rojiblanco. El esperpento televisivo ofrecido entre Lázaro y Luis Suárez es un ‘subidón’ para los aficionados rivales y los clubes que ven como el gran favorito tiene problemas de alcoba que le pueden llevar a la ruina si no los supera el entrenador. Y no está solo en las manos del técnico volver a la senda positiva. Son los futbolistas los que tienen que irse a comer juntos o por lo menos lavar la ropa en el vestuario y que no trascienda lo que todos sabemos en Almería y no tienen por qué conocerlo los rivales.

El Almería daba la nota ante el Elche con un mal rollo sin precedentes entre los futbolistas. Proyecta una imagen de división a toda España para regocijo de unos directos rivales que saben de la calidad de la plantilla como de lo difícil de gestionar los egos. No puede estar contento el CEO del Almería Mohamed El Assy porque la imagen fue penosa y deberá llamar a filas al entrenador para que repare el roto a tiempo. No se puede repetir y a falta de 15 partidos para el final todo apunta a que habrá que tomar medidas disciplinarias que no trasciendan pero lleguen a unos profesionales bien pagados para brillar.

Nadie se podía imaginar una situación como la vivida con Lázaro insultando a Luis Suárez ante el asombro de sus compañeros. En el vestuario saben como se las gasta el brasileño que no ha dado una a derechas desde que llegó al Almería previo pago de una cantidad que en nada se parece a su rendimiento. Fue de vergüenza ajena lo presenciado y nada tiene que ver con la imagen de un club señor candidato a volver a Primera.

El CEO

Ha llegado la hora de bajar al vestuario y zanjar cualquier polémica que vaya en detrimento del gran objetivo marcado. Tiene que hablarle a la plantilla y hacerles ver que esto va de unión y sacrificio y no de hacer cada uno la guerra por su cuenta. No se entiende un Almería dividido y con el vestuario roto luchando por el ascenso. Mohamed El Assy tiene hilo directo con el entrenador y debe bajar al vestuario y con el catalán delante dejarles claro a todos quien manda en ellos. Nada va a cambiar el buen o mal rollo entre los futbolistas pero un tirón de orejas no les vendrá mal a los mejores futbolistas de Segunda que además son los mejor pagados y va en el sueldo aguantar buenos y malos rollos pero de puertas para adentro.

Rubi

El entrenador tiene mucho que decir en esta inesperada situación. Ha sido capaz de levantar a un vestuario hundido. Ha confiado en ellos y los ha llevado al liderato de Segunda pero cuando vienen mal dadas vuelven los malos rollos y toca volver a hablar y templar las gaitas en el vestuario. Rubi se ha comprometido sin límite con sus futbolistas pero la llegada de Lázaro parece que ha abierto una brecha en el ambiente. No se entiende que se le hayan regalado dos titularidades al brasileño que va flotando por el campo ante el asombro de unos compañeros a los que les pasa la pelota. Hay que arropar cualquier decisión de Rubi y que tenga claro la plantilla que es la cabeza visible del vestuario para bien o para mal.

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Plantilla

Son los máximos responsables de una situación con la que nadie contaba. No se podía imaginar nadie que el partido ante el Elche iba a proyectar una imagen tan penosa de los futbolistas entre discusiones y malos rollos a flor de piel. Unidos son los mejores y divididos vulnerables porque toda España ha visto que no son una piña y la crispación ha salido a relucir. Pasaba la campaña anterior y han vuelto a aparecer los viejos fantasmas. Han dado la nota para alegría de unos rivales que notan la falta de unión en el vestuario almeriense. No es fácil reparar el roto pero en la medida que no trascienda el equipo y su afición ganarán en tranquilidad de cara a la recta final de LaLiga.