El derecho a un asidero
El subdirector de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, reflexiona sobre la necesidad de sobrevivir con tantos titulares negativos de informaciones de todos los ámbitos: desde el local hasta el internacional
Sevilla
Un grupo de empresarios se alían para dar el impulso definitivo a la Casa Natal de Velázquez, nuestro pintor más universal. Una buena noticia en una actualidad que va de sobresalto en sobresalto en todos los ámbitos. Necesitamos titulares positivos porque la sucesión de escándalos, polémicas y crispaciones parece más disparada que nunca. Necesitamos que florezca el azahar y se encienda la Feria. Las fiestas mayores son de alguna forma la terapia anual de la ciudad, como una vez le oí decir a un psiquiatra. Necesitamos saber que hay agua garantizada por mucho tiempo tras meses de una sequía amenazante. Necesitamos días de sol cálido, cielos azules y tardes largas, aunque de momento nos dicen que viene más lluvia. Y sea bienvenida.
Combinemos asuntos locales e internacionales. Venimos de presenciar el paseo de las narcolanchas por el Guadalquivir y asistimos a la creciente debilidad de una Europa despreciada por Trump, los sobresueldos del pasado lastran hoy el gobierno de la ciudad de Sevilla, los casos de insultos y amenazas a médicos no cesan, se barrutan nuevos mamotretos en un icono de la Sevilla del 29 como es la Avenida de la Palmera, y en París hay esta tarde una reunión urgente de líderes europeos para hacernos respetar en el nuevo orden que nos imponen Rusia y Estados Unidos.
Tenemos derecho a un asidero para respirar, no perder la ilusión y esperar esos días de terapia colectiva. Escojan el suyo, el de la ciudad es el de las fiestas. La obra de Velázquez no es mala idea. Es brillante. Hay que amortiguar las sacudidas.