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La plaga de procesionaria ya está en Málaga y los expertos alertan de su peligro

Desde ANECPLA advierten que "apenas un mínimo contacto con la oruga procesionaria puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas"

"Es consecuencia del cambio climático" Jorge Galván, Anecpla

"Es consecuencia del cambio climático" Jorge Galván, Anecpla

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Málaga

El adelanto de la plaga de procesionaria "ha pasado de ser una anécdota -hace años, cuando se localizaba entre los meses de marzo y abril, al comenzar la primavera- a convertirse en un episodio consolidado en la provincia de Málaga. Las templadas temperatura han dado ya el pistoletazo de salida a la aparición de la plaga de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) en pleno mes de febrero" alertan este martes desde la asociación nacional de empresas de sanidad ambiental.

Y recomienda a las administraciones locales incorporar entre sus actuaciones imprescindibles campañas de prevención anuales para la temporada de otoño. “Una vez hemos comprobado que la plaga de procesionaria se está adelantando cada vez más debido a los efectos del cambio climático, es imprescindible que seamos nosotros quienes nos adelantemos a los peligros que esto puede llegar a ocasionar" apunta, Jorge Galván,director general de ANECPLA.

"Es imprescindible que los trabajos de gestión de este insecto sean llevados a cabo por profesionales, que actuarán según la gestión integrada de plagas realizando en primer lugar un diagnóstico de situación, que definirá el tratamiento a aplicar en función de cada caso".

Peligrosas para las personas y potencialmente mortales para los perros

Desde ANECPLA advierten que "apenas un mínimo contacto con la oruga procesionaria puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas".

“Ni siquiera es necesario el contacto directo con las orugas”, especifica Galván, “tan solo con el roce de uno de sus pelos (que estos insectos lanzan como estrategia de defensa al sentirse amenazadas) es suficiente para provocar irritaciones y alergias, especialmente si éstos alcanzan los ojos”.

La localidad malagueña de Cártama intensifica desde esta semana los trabajos para combatir la procesionaria, instalando anillos de captura alrededor de los árboles de forma que las orugas, cuando bajen por el tronco, caigan a una bolsa colectora y no lleguen al suelo. Este sistema detiene su desarrollo y permite su retirada sin dificultad.

La localidad malagueña de Cártama intensifica desde esta semana los trabajos para combatir la procesionaria, instalando anillos de captura alrededor de los árboles de forma que las orugas, cuando bajen por el tronco, caigan a una bolsa colectora y no lleguen al suelo. Este sistema detiene su desarrollo y permite su retirada sin dificultad. / Ayuntamiento de Cártama

La localidad malagueña de Cártama intensifica desde esta semana los trabajos para combatir la procesionaria, instalando anillos de captura alrededor de los árboles de forma que las orugas, cuando bajen por el tronco, caigan a una bolsa colectora y no lleguen al suelo. Este sistema detiene su desarrollo y permite su retirada sin dificultad.

La localidad malagueña de Cártama intensifica desde esta semana los trabajos para combatir la procesionaria, instalando anillos de captura alrededor de los árboles de forma que las orugas, cuando bajen por el tronco, caigan a una bolsa colectora y no lleguen al suelo. Este sistema detiene su desarrollo y permite su retirada sin dificultad. / Ayuntamiento de Cártama

Estos pelos tienen el nombre científico de “tricomas” y se calcula que cada individuo posee alrededor de 500.000, listos para ejercer de dardos envenenados en el momento en sientan que se encuentran en peligro. “Un mínimo contacto con ellos puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas debido a la liberación de histamina. En el caso de los animales de compañía, especialmente de los perros, este contacto puede llegar incluso a provocar su muerte”, alerta el director general de ANECPLA.

Estos anillos se están colocando en áreas donde hay viviendas cercanas o en zonas concurridas, concretamente en los ejemplares en los que se detecta que hay bolsones de procesionaria

Estos anillos se están colocando en áreas donde hay viviendas cercanas o en zonas concurridas, concretamente en los ejemplares en los que se detecta que hay bolsones de procesionaria / Ayuntamiento de Cártama

Estos anillos se están colocando en áreas donde hay viviendas cercanas o en zonas concurridas, concretamente en los ejemplares en los que se detecta que hay bolsones de procesionaria

Estos anillos se están colocando en áreas donde hay viviendas cercanas o en zonas concurridas, concretamente en los ejemplares en los que se detecta que hay bolsones de procesionaria / Ayuntamiento de Cártama

Y es que "muchas veces es frecuente que los perros, movidos por la curiosidad, se acerquen a olisquear estas orugas a fin de identificarlas. En ese momento es fácil que los tricomas se claven en el hocico o los ojos del animal, ocasionándole síntomas como inflamación, picores intensos y abundante salivación. Si llegaran a comérselas (lo cual no es extraño si previamente las han llegado a tocar con las patas y, debido a la picazón que les genera en ellas, se lamen), la ingestión del tóxico que lleva sus tricomas puede provocar la necrosis de lengua o garganta".

 
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