Soluciones fáciles a problemas complejos

Córdoba

Ya dijo Einstein que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Y, de hecho, hace mucho tiempo que desintegramos átomos y sin embargo los prejuicios siguen ahí, ininmutables, volviéndonos manipulables y dejándonos a merced de quienes quieren manejarnos al margen de nuestra capacidad de raciocinio.

Uno de esos prejuicios es el odio al de fuera, que es el culpable de todos los males: el paro, la delincuencia, la crisis económica. Qué solución más fácil entonces para estos problemas complejos que echar a los que vienen de fuera. Se lo ha prometido Trump a los americanos y lo ha repetido en su investidura: las redadas y deportaciones masivas de inmigrantes ilegales comenzaran inmediatamente. Todos fuera, América limpia. Si realmente Trump hace lo que ha dicho será uno de los episodios más vergonzosos de un país que, como todos, tiene mucho de lo que avergonzarse. Esperemos que no se nos contagie y en Europa y España seamos capaces de ver más allá de estas soluciones supuestamente fáciles que nos propongan nuestros aspirantes a líderes.