Mirar al futuro
Firma de Opinión del profesor de Historia, Gonzalo Herreros
Mirar al futuro. Gonzalo Herreros
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Córdoba
Hemos sabido estos días que en el proceso de excavación para iniciar el proyecto de construcción de nuevas dependencias universitarias junto a la Facultad de Derecho se han encontrado enterramientos islámicos, que posiblemente pudieran datarse en momentos posteriores al califato. Crónica de hallazgos anunciada en esta nuestra Córdoba, nada sorprendente a estas alturas de sus alteridades a dos metros bajo el suelo, sea cual sea el rincón en que hinquemos la pala.
Pero con esto del año nuevo, y la presión grupal por los propósito de mejora, infundidos de intenciones autocomplacientes y bienquedantes más que de verdadero espíritu de enmienda, como decían mis abuelas, quizá como urbe de siglo XXI llena de siglos anteriores podríamos de una vez plantearnos qué hacer con nuestro patrimonio arqueológico. Con todo ese inmenso conjunto de restos por catalogar y poner en valor que custodia en sus depósitos el Museo Arqueológico Provincial, por ejemplo, con casi dos décadas de trabajo acumulado. Con el rosario inmenso pero disperso conjunto de restos repartidos por los sótanos y aparcamientos subterráneos desde la calle Concepción hasta la Axerquía, desde la Huerta de la Reina al propio Alcázar. Con enclaves tan abandonados como emblemáticos como Santa Clara, o los distintos baños andalusíes. O por supuesto, el mutilado palacio de Cercadilla, que a pesar de su consabida destrucción, aguarda paciente y cubierto de verdina que alguien se apiade de él y algún día se le cuente con seriedad a los visitantes qué fue aquello en los momentos finales del imperio.
Porque poner en pie el enorme acervo arqueológico de la ciudad no es en realidad vivir de la ensoñación de lo que fuimos, con aire decadente y nostálgico. Al contrario. Es ser conscientes de cómo, a pesar de todo lo reconocido ya, Córdoba sigue teniendo un potencial cultural y económico por desarrollar. Y, gracias al pasado, mirar al futuro con mucha más ambición.