Insistamos hasta el hartazgo

Morón de la Frontera.

No sé si vamos a peor, da esa sensación sí, cada vez que levantamos la persiana no sabemos si vamos a recibir un fogonazo de luz, un trueno rompedor o un alarido ensordecedor, levantamos la persiana esperando que una nueva noticia nos hunda en el fango, en ese que suena tanto y que afecta a todos por igual porque total, los que tienen que ser ejemplo de dignidad se pasan por el forro lo que los ciudadanos contribuyentes pasamos cada día.

Y como buenos profesionales nos muestran como enseñar el diente para defender sus logros económicos, su verborrea conciliadora y sus ganas de demostrar que hay un único país donde todos vivimos bien y felices.

Como engañabobos está bien, como defraudadores tienen el bolsillo lleno, como lisonjeros son los primeros, como troleros los mejores.

Nos hacen girar como a los muñecos del futbolín, quietos e inmóviles hasta que le damos a la pelota con la cabeza o con los pies, a ver si así metemos un gol y lo podemos gritar despreciando las normas, estrujando el juego y tenernos hipnotizados mientras colocan a maridos, hermanos o mujeres para llevárselo calentito, mientras usted y yo nos levantamos temprano para levantar un país que se cae a pedazos.

Y como la rueda ésta de molino nos trae el recuerdo de aguas pasadas, en estos días cuando vuelvo a escuchar lo de los pediatras en Morón me reconcome el alma, hace años que este problema existe en nuestra ciudad, siempre hemos estado viviendo con la mosca detrás de la oreja, me acuerdo que en aquellos días hubo mucho movimiento para dar voz a este grave problema, como tantos otros de nuestra sanidad, muchos padres se movieron para que esto no pasara y con aquellas reivindicaciones consiguieron que no fuera a buen término y ahora resulta que después de tantos años vuelve a ocurrir y ahora sí nos quedamos con un solo pediatra en uno y otro ambulatorio.

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Es lamentable que nuestros políticos no actúen de manera tajante con este problema y dejen el espectáculo del “y tú más” para otro momento, dejen de proteger a sus partidos políticos y luchen en común por conseguir que nuestros niños tengan más de un médico pediatra.

Y les pido un favor, no se pongan al frente de las manifestaciones que convoquen los familiares, pónganse al frente de negociaciones con quien corresponda, es la mejor manera de ser creíbles, de sentirse útiles y de corresponder a los votos que obtuvieron en las urnas.

Mientras, nosotros, padres, abuelos y familiares insistamos hasta el hartazgo. Insistamos hasta conseguir ser oídos, insistamos como el agua que rompe la piedra. Insistamos y mucho.

Hoy quiero terminar dándole las gracias a Juan Luis, ha sido un honor trabajar contigo.

La radio se mete en las venas para aquellos que la trabajamos y cuando lo haces bien te llevas tu recompensa.

La radio es un mundo de idas y venidas, de adioses y bienvenidas.

Y a partir de hoy, acompañando a María.