La sequía, la despoblación y la avispilla condenan los castañares de Málaga
La provincia cuenta con 3.900 hectáreas de castaños que produjeron en 2023 apenas 400 toneladas de fruto, frente a las 1.500 del año anterior
"La cosecha de castaña está condenada" Sebastíán Sánchez, Asaja Málaga
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Málaga
En pleno inicio de la temporada de la castaña, los productores de la provincia, principalmente concentrados en el Valle del Genal y la Sierra de las Nieves, han confirmado este martes "que un año más, la reducción en la cosecha de este año será drástica. La disminución en la producción ha sido causada por una combinación de factores adversos, entre los que destacan la falta de agua, la plaga de la avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphilus) y la tinta (Phytophthora cinnamomi)" avanza este martes, Sebastián Sánchez, responsable del área de Ayudas de la organización agraria Asaja.
La plaga de la avispilla sigue extendiéndose a pesar de los esfuerzos de control biológico llevados a cabo en los últimos años. A esto se le suma la tinta, un hongo que ataca las raíces de los árboles y limita la capacidad de absorción de nutrientes, y la seca, que debilita y finalmente mata a los castaños afectados. Esta enfermedad tiene muy preocupados a los castañeros, "estamos viendo como las explotaciones empiezan a secarse hasta la muerte de los árboles".
Castañar / Málaga
Castañar / Málaga
Estos problemas se ven agravados por la escasez de agua a principios de otoño. "Este escenario genera preocupación en el sector, no solo un impacto económico, sino también un obstáculo para el mantenimiento de la tradición en estas importantes regiones productoras. Son muchos los agricultores que están abandonando el cultivo, al ser más costoso el mantenimiento y puesta a punto que los rendimientos que reportan. A pesar de estas dificultades, los agricultores del Valle del Genal y la Sierra de las Nieves continúan trabajando para sacar adelante la campaña y garantizar la máxima calidad del fruto que logren recolectar".
La falta de rentabilidad del producto también tiene consecuencias socioeconómicas, como la despoblación del territorio, principalmente en el Valle del Genal, donde la falta de población suficiente y de mano de obra cualificada para las operaciones de poda, desbroce y recolección del fruto es "alarmante".
En municipios como Genalguacil, actualmente "sobre el 80% de los castaños necesitan una poda severa debido a que están secos, un proceso que se ha vuelto imprescindible para intentar salvar lo que queda de los árboles afectados, algo que genera gastos, pero no rendimientos"
En el último balance agrario de ASAJA Málaga (diciembre de 2023), la provincia contaba con 3.900 hectáreas de castaños con una producción de solo 400 toneladas, en comparación con las 1.500 toneladas del año anterior. De seguir esta tendencia, el cultivo del castaño podría tener una esperanza de vida de apenas décadas en la provincia.
