Las paguitas en Una de Cal y Otra de Vizcaína, con Marcos Martínez

Morón de la Frontera

No son pocas las veces en las que miramos hacia atrás y pensamos qué hubiera sido de nuestras vidas si hubiéramos tomado otras decisiones. Cuando uno le ha dado ya la vuelta al jamón descubre que cada vez hay más situaciones en las que una circunstancia puede hacernos cambiar cosas importantes de nuestras vidas. Imagino que esta pequeña reflexión la habrán tenido y la tendrán millones de personas en cada rincón del planeta. Lo que no debe ser igual es el tipo de decisiones. Por poner un ejemplo, no es lo mismo pensar que hubiera sido de nuestras vidas si en vez de estudiar pitos hubiéramos estudiado flautas, que tomar la decisión de echarse al mar para buscar, no una vida mejor, sino simplemente una vida. Soplan vientos pestilentes en nuestra vieja Europa.

No es raro encontrar jóvenes y no tan jóvenes realizando comentarios encendidos contra el moro o el negro, creyendo a pie juntillas los bulos y mentiras de algún descerebrado: que si vienen aquí a violar y matar, que si vienen a quitarnos nuestros puestos de trabajo, o que todos tienen una paguita. ¡Ay, qué término este! Todo forofo neoliberal suele recurrir a este término y claro está, a una humilde, ignorante y estúpida servidora como yo, pues le entran dudas. Me gustaría saber la extensión del término «paguita». Imagino que, por ejemplo, entrará en este concepto todo el dinero que el Manolo de turno tiene en el colchón. Eso sí, ganado con el sudor de su frente y que, después de pagar el autónomo, haya pagado y cobrado en negro una parte importante del negocio. Tampoco es para poner el grito en el cielo. O el hecho de que saque unos miles de euros dando de alta un camarero unas horas, aunque pase el día entero trabajando, pelillos a la mar.

No sé si también debo incluir en las paguitas todas esas subvenciones que hay para ayudar a empresas, nuevos emprendedores, que si el gasoil, etcétera. Lo que quizás tenga más claro es que los 65000 millones de euros que le dimos a la banca no entre en el concepto de «paguita». En cuanto a que los inmigrantes nos quitan el trabajo, reconozco que quizás tengan razón: solo tenemos que ver a Mbappé, Vinicius o Lo Celso quitándome un puesto de delantero. Es que hoy tengo el neoliberalismo subido.