Sociedad
A COPA LLENA

El grupo bodeguero Entrecanales Domecq e Hijos adquiere la histórica viña de La Tula

El biznieto del Vizconde de Almocaden y de José Manuel Entrecanales Ibarra se hace con los derechos de dicha viña

Viña La Tula

Viña La Tula

Jerez de la Frontera

Entrecanales Domecq e Hijos, el grupo bodeguero liderado por Gonzalo Entrecanales Carrión, biznieto del Vizconde de Almocaden (Rioja alavesa, Rueda, Ribera del Duero, Valdeorras…) acaba de adquirir una histórica viña en el pago de Balbaína: La Tula.

Gonzalo también es biznieto de José Manuel Entrecanales Ibarra, el gran empresario e ingeniero vasco que revolucionó la industria española en los años 60. Pero en este caso, la familia materna nos acerca más a Jerez y por tanto, a esta pequeña crónica.

Hace más o menos un año y estas mismas páginas comentaba las curiosas conexiones que podían establecerse entre Rueda y Jerez. Por ejemplo, los vinos de Rueda Dorados y Pálidos gozaban de tanta fama y prestigio que en tierras vallisoletanas se comenzó a plantar uva palomino fino debido a su gran capacidad de producción. Aprovecho para recordar que los vinos Pálidos de Rueda son elaborados con uva verdejo y palomino y tienen una crianza biológica bajo velo de flor, con un mínimo de 3 años en barrica, encabezados con alcohol vínico y algunos de ellos siguiendo el sistema de criaderas y soleras. Es decir, primos hermanos de los finos y las manzanillas.

El consumo de ese célebre tipo de vino blanco de Rueda empezó a decaer en los años 80 y comenzó el ascenso triunfal e imparable de los vinos blancos tranquilos de verdejo, sin crianzas biológicas ni oxidativas de ninguna clase. Frescos, frutales y muy aromáticos, que llegaron para quedarse, y bien que se quedaron.

Hoy por hoy siguen arrasando en casi todos los bares del país, con su blanca palidez y sus recuerdos de fruta de la pasión. Por aquellos mismos años nuestros finos y manzanillas también comenzaron a adoptar en la medida de lo posible, el estilo más fresco y de mayor palidez cromática de los castellanos (aunque siguieron siendo finos y manzanillas pero con menos criaderas o escalas, color, intensidad aromática…) Más de una firma jerezana apostó -y sigue apostando- por ese tipo de vino blanco de Rueda invirtiendo en marcas y también en viñedos y bodegas allí (Osborne, Sánchez Romate, Grupo Estévez, González Byass, Grupo Caballero).

La viña cuando era propiedad de González Byass

La viña cuando era propiedad de González Byass

La viña cuando era propiedad de González Byass

La viña cuando era propiedad de González Byass

Entre las bodegas del grupo Entrecanales Domecq, muy directamente relacionada con la gran Acciona -ya que el padre de Gonzalo es el CEO de la misma- pero que hace escasos años independizó su gestión, encontramos Caserío de Dueñas, en la D.O. Rueda, con vinos blancos tranquilos de mayor calado, cuidado y crianza que los habituales de la zona. De modo que esta vez podemos decir que, de alguna manera, es Rueda la que se acerca a Jerez. Y Castilla y León, a Andalucía… porque el nombre de Tula nos recuerda tanto a Unamuno, a la universidad de Salamanca donde tantos años vivió… La Tía Tula fue una de sus más conocidas novelas y se llevó a la gran pantalla con el mismo nombre, resultando una película de gran éxito en los años 60, y a cuya protagonista la llamaban Tula, diminutivo de Gertrudis que era su verdadero nombre. Detalle que me parece curioso porque uno de los propietarios que adquirió esta viña a principios del siglo XIX -se construyó en 1752- tenía una esposa llamada Gertrudis y este era su diminutivo. Es decir, que Tula existía antes que Unamuno.

Elucubraciones aparte, lo cierto es que las tierras que conforman el famoso Pago de Balbaina – con acento en la í o sin él- donde se encuentra esta viña, están llenas de secretos, misterios e historia, y sobre todo, calidad de tierra, de suelo, de terroir. Es pura albariza y en este caso, las 20 hectáreas de La Tula añaden otra joya más, la presencia de un tipo de albariza llamada lustrillo, que rivaliza con su hermana blanca casi como la nieve y se presenta con tones más ocres, rosas oscuros… Una tierra muy apreciada por la capacidad de aportar intensidad aromática a las uvas que en ellas crecen y que desde tiempos romanos, sí, romanos -han leído bien- fueron muy apreciadas para el cultivo de la vid. Balbaina viene de Balbo, de la influyente familia gaditana de los Balbo.

Al parecer Lucio Cornelio Balbo y su sobrino, Lucio Cornelio Balbo, el Menor, ambos cónsules en Roma y nacidos en aquella Gades (Cádiz) romana del Siglo I a.C, tenían sus villas de recreo en estos viñedos, por eso desde tiempos remotos este pago se llama Balbaina. Hay que añadir que la famosa Vía Augusta, la calzada romana más larga de la Hispania, dicen que pasaba por allí, tal vez debido a la influencia de los propietarios de las villas y haciendas que allí se asentaban.

Viña La Tula se sitúa en un lugar privilegiado de este emblemático pago, uno de los de mayor extensión del Marco, muy influenciado por las brisas procedentes del Atlántico debido a su cercanía, y desde cuyo gran almíjar se divisa el mismo. La casa de viñas es grande, con poderío y una arquitectura muy interesante que ha debido sufrir varias transformaciones. En su día debió ser una especie de fortaleza pues se aprecian en su fachada dos garitas de centinela, y tuvo una torre de vigilancia, torre que desapareció y que la nueva propiedad quiere recuperar. Gracias a la importancia de esta viña existe bastante documentación que ayudará a remodelarla, sólo remodelarla porque la casa vivienda dispone de un gran lagar y bodega, que nunca han dejado de estar operativas hasta ahora mismo. Acaba de llevarse a cabo la vendimia y el lagar está en funcionamiento y a día de hoy debe estar fermentado aún los mostos de la vendimia 24. Esta bodega lagar es otra de las grandes virtudes de Viña Tula.

El gran almijar de la Viña La Tula

El gran almijar de la Viña La Tula

El gran almijar de la Viña La Tula

El gran almijar de la Viña La Tula

La mayor parte de las 20 hectáreas que rodean al caserío bodega es uva palomino de un clon bastante antiguo, de calidad, del llamado palomino 84, me comenta el gran experto jerezano en viñedo José Manuel Bustillo: “Este tipo de viñedo, por su ubicación más marítima que continental, y por el fresco suelo de albariza-lustrillo, produce mostos y vinos de estructura media, muy frescos y de gran sapidezAdemás, añade, “otra gran virtud de este viñedo es que está trabajado siguiendo la ancestral poda clásica del Marco llamada vara y pulgar” Me consta que Bustillo es un defensor acérrimo de este tipo de poda que debería ser considerada como un gran patrimonio y que está en peligro de extinción por la imposibilidad de realizarla a máquina. Es un abanderado de la misma.

Dicen las buenas lenguas que no se descarta la idea de elaborar espumosos de calidad. ¡!Burbujas de la Tía Tula!!

 
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