'La Condená', una botella de protesta dentro de la D.O. Montilla Moriles

Córdoba

Podrían haber hecho una pancarta, pero decidieron producir apenas 1.000 botellas de vino para denunciar la pérdida de patrimonio enológico que sufre la Denominación de Origen Montilla-Moriles. Las dificultades para mantener los viñedos, la escasa rentabilidad o la falta de relevo generacional están mermando la capacidad de sacar adelante los vinos que mejor representan a la provincia en los mercados internacionales.

Según datos de la organización agraria ASAJA, en las últimas décadas, la superficie de viñedo cultivado en Montilla-Moriles ha pasado de las 20.000 hectáreas a apenas 4.000. Por otra parte, el Consejo Sectorial de Vino de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía ha alertado de que en los últimos siete años se ha perdido un 13% de la superficie cultivada en la comunidad autónoma.

Con esta realidad en la mano, la bodega Los Insensatos de la Antehojuela decidió poner en marcha un proyecto que plasmase una situación crítica. Y así nació 'La Condená', un vino fresco pero que deja rastro en boca, con algunas notas minerales y ácidas, propias de la uva Pedro Ximénez que lo integran. Todavía hay stock, pero no volverá a repetirse.

Esta edición limitada se ha producido con la última vendimia de una parcela centenaria que fue arrancada en el año 2021. Uno de los responsables de la bodega, Emilio Padillo, lamenta como "circunstancias diversas están avocando a muchos viñedos a la desaparición, así que queríamos dar voz a agricultores que llevan toda la vida trabajando su tierra hasta que finalmente tienen que arrancar la planta". "Cuando nos enteramos de que uno de estos labradores de Montilla se dio de bruces con tal situación le propusimos la idea de recoger el fruto por última vez; y fue muy emocionante para todos", relata el portavoz de la compañía.

De este modo, asegura que "ojalá sea una tirada única y no tengamos que volver a repetirlo", pero anticipa que "probablemente, en el futuro habrá más producción de 'La Condená', porque el número de parcelas que dejan de dedicarse a la vid no para de crecer". Para el socio de Los Insensatos, "lo verdaderamente triste es que, cada vez que se desmantela una explotación, estamos perdiendo el ADN de plantas que ya no se recuperará, por lo que nos dirigimos hacia un mundo con vinos más homogéneos y, además, renunciamos a parte de la identidad de Córdoba".

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'La Condená' ocupa un espacio reservado dentro de una familia de diez caldos entre los que destacan también 'El Lechinar' o 'El Barco'. Con distintos niveles de profundidad, toda la gama de Los Insensatos está pensada para "un consumo amable", reconoce Padillo, "porque siempre hemos querido poner en valor la uva Pedro Ximénez en su juventud y sin que pase por madera". Así, dentro del catálogo se pueden encontrar desde vinos extremadamente frescos, minerales y suaves hasta algunas propuestas con notas más dulces y recuerdos de cereal.

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La parcela que tuvo que morir para que este vino reivindicativo naciera ha sido, como tantas otras, repoblada con olivar. Tras esto, dice el portavoz de la empresa, "hemos mantenido el contacto con el agricultor, al que realizamos un pequeño homenaje en el día en que presentamos 'La Condená'". Y no les viene mal tener cerca a voces de la experiencia, argumenta Padillo, pues Los Insensatos es una iniciativa joven que surgió en el año 2020. Ahora, siguen trabajando en ampliar sus canales de distribución y comercialización, aunque ya sirven a buena parte de los establecimientos de hostelería de la capital cordobesa.