El caso de la biblioteca central
La firma de Julio Asencio en Hoy por hoy Jerez
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Jerez de la Frontera
EL CASO DE LA BIBLIOTECA CENTRAL
Ayer, 5 de febrero, nos despertamos con la insólita noticia de que habían forzado una de las puertas de la Biblioteca Central de Jerez. A falta de conocer las primeras averiguaciones de la policía, el suceso resulta intrigante, pues o bien han sustraído algunos de los valiosos documentos del Archivo Municipal, o bien se trata de vulgares cacos que entraron en el lugar equivocado.
El suceso nos remite directamente al lamentable estado de conservación de nuestro patrimonio archivístico, por el que viene clamando desde hace años la Asociación de Amigos del Archivo, a la que hay que agradecer siempre su altruista dedicación al cuidado, el estudio y la difusión de dicho patrimonio. A fines de marzo del año pasado, la Consejería de Cultura abrió expediente sancionador al Ayuntamiento jerezano tanto por el grave deterioro de los manuscritos como por las deficientes instalaciones del Archivo.
En las consideraciones previas de aquel expediente, se valoraba que se habían resuelto varios de los defectos consignados en una inspección de julio de 2022, entre ellos la precariedad de los sistemas antiincendios y de acceso a los archivos. A saber qué arreglos se realizaron, pues los delincuentes han entrado como pedro por su casa. Por último, la Consejería instaba al gobierno municipal a que redactara un proyecto de sede apropiada para albergar los depósitos del Archivo, con el aviso de que, si no se llevaba a cabo, la Junta de Andalucía se haría cargo de los fondos y los ubicaría en otro edificio de la ciudad, según refiere una crónica de la prensa local de aquella fecha. A la espera estamos de nuevas noticias.
Otro caso más de que la cultura, con y sin mayúsculas, sigue siendo una de las cenicientas en los presupuestos públicos a todos los niveles, estatal, autonómico y municipal. En este mundo dominado por la tecnología y el utilitarismo más banal, las humanidades sufren un creciente desprestigio debido a la falacia de que no son útiles ni indispensables.
Por más obvio que parezca, es necesario que continuemos vindicando la cultura como un valor fundamental para las personas y, en definitiva, para el progreso de la sociedad.
Julio Asencio Márquez.