Teatros

Jerez de la Frontera

Tan solo unos días después de su comparecencia en la Cabalgata, de la que son titulares, los Reyes Magos han regresado a Jerez para ilusionarnos con un regalo inesperado: un nuevo teatro. No, no se trata de El Jardín de Berta, el teatrito multifunción local que, a golpe de sueños, esfuerzo y riesgo, están levantando La Gotera de la Azotea y la librería La Luna Nueva en el Barrio de San Miguel. Me estoy refiriendo al anunciado renacimiento del cine Jerezano como coliseo internacional, de la mano de dos empresas del gran negocio del entretenimiento como son Gran Rialto y Beon; las cuales garantizan –-así de rotunda es la nota emitida por la Alcaldía—“el posicionamiento de este teatro como referente indiscutible del panorama cultural de la ciudad”. “La cultura debe volver”, apostilla en titulares Dario Regattieri, un suizo que apareció fugazmente por aquí allá por 1991 y que, o bien, se identifica él mismo y su reaparición en Jerez con la cultura, o no se ha enterado de la reapertura del Villamarta en 1996.

También a nuestro Teatro han premiado los Magos, trayéndole un nuevo director. Se han olvidado, en cambio –aunque esto no es cosa de Melchor- de que el neonato gestor traiga bajo el brazo un incremento en la financiación municipal suficiente para que pueda seguir manteniendo su rango de referente cultural de la ciudad -del que nos sentimos tan orgullosos- y cumpliendo con sus legítimos objetivos de servicio público. Porque, como bien sabemos, los regalos nos los traen los Reyes; pero quienes los pagan son los padres.