El impositor: ¡donde dije digo, digo Diego!

Córdoba

Según la Real Académica Española, dícese del término Impositor el que impone y, a su vez, una de las acepciones del término Impone es el que “pone una carga, una obligación u otra cosa”. Pues bien, el pasado 12 de mayo, precísese ‘día de inicio de la campaña electoral a las municipales en Córdoba’, José María Bellido, entonces candidato del Partido Popular a la alcaldía, anunciaba en Las Tendillas a bombo y platillo que, de gobernar él, Córdoba pasaría de ser "un infierno fiscal” a “un modelo de ciudad con menos impuestos”, “una de las tierras más competitivas en España para la atracción de empresas, la generación de oportunidades y más amable para las familias". Sin embargo, aquel candidato que hoy es alcalde el regalazo que nos ofrece a los vecinos y vecinas de Córdoba tras la resaca electoral es doble ración de impuestos en solo un mes, un aumento del 35% en la tasa de basura a principios de octubre y un aumento del 5% en la tasa del agua tres semanas después. Y es que dice que lo hace para que Sadeco y Emacsa no entren en quiebra, aunque aquel 12 de mayo decía que la bajada de impuestos que él proponía se debía gracias a que “después de cuatro años el Consistorio sigue estando con superávit, con remanente positivo de tesorería, se ha bajado la deuda y se paga bien a proveedores”, lo que permitirá “año a año una bajada moderada, que rondará entre el 2,5 y el 3% anual de todos estos impuestos […] sin descuidar la economía local, ni los servicios públicos”. Es decir, donde dije digo digo Diego, donde dije bajada de impuestos digo subida de tasas a las familias, donde dije bajada de deuda y superávit anuncio la subida ante la posible quiebra de las empresas del consistorio.