Sol Rodríguez Tarazona: "El cuartel del Lepanto de Córdoba debería mantenerse pero como lugar de Memoria"

Córdoba

Sol Rodríguez Tarazona, la nieta del capitán Tarazona pide desde París al Ayuntamiento de Córdoba que frene el proyecto de uso del cuartel del Lepanto y que declare la zona del Patio de Armas del cuartel, el lugar donde fueron fusilados su abuelo y otras tantas personas represaliadas, como Lugar de Memoria.

La descendiente del hombre que protegió a los cordobeses de un baño de sangre tras la sublevación; remitirá en los próximos días una carta al alcalde en funciones de Córdoba, José María Bellido, en la que le expondrá los motivos que como familiar de una de las víctimas del alzamiento militar le llevan a pedirle la protección de esa parte del espacio sobre el que el consistorio tiene previsto actuar.

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“A mi abuelo lo fusilaron en el cuartel de Lepanto el día 13 de agosto de 1936 y no creo que sea la única persona a la que se fusilara allí. Había mucha gente encarcelada entonces ese sitio.

El patio de armas yo lo he visto hace muchos años cuando fui a Córdoba y la verdad es que está en ruinas, pero es un sitio lleno de de la memoria de sufrimiento de las personas que fueron víctimas. Y la verdad es que transformar eso en un lugar de ocio..". Rodríguez Tarazona dice que "desconoce exactamente en qué utilidad le quieren dar al patio de armas, pero admite que le parece "una tremenda falta de respeto hacia la memoria de las víctimas. Me gustaría que por lo menos se oyera que no estoy de acuerdo con eso”, explica a Radio Córdoba desde París, donde reside habitualmente.

MUY PREOCUPADA POR LA GESTIÓN DE LA TUMBA DE SU ABUELO EN EL CEMENTERIO DE SAN RAFAEL

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Sin embargo no es la única preocupación que tiene.

Cuando viene a Córdoba suele ir hasta la tumba de su abuelo que está en el cementerio de San Rafael. “Hace unos años fui a la oficina del cementerio para ver si había que hacer algo y me dijeron no, que esa tumba no se tocaba. Pero este año cuando estuve en Córdoba en marzo, intenté gestionar para que fueran a limpiarla y empezaron a decirme que yo no podía suscribir ni hacer nada administrativamente con la tumba porque hacían falta unos papeles, porque si no los restos de mi abuelo terminarían en la fosa común…”, explica contrariada.

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“Entonces ahora que se está hablando de exhumaciones, de que el reto es identificar a los restos de víctimas para que sus familias les puedan dar una sepultura decente y visible; me parece que aunque sea por motivos administrativos, que me digan que mi abuelo que murió a los 35 años porque después de un juicio sumarísimo le declararon rebelde y y él lo que hizo en su deber y defender el Gobierno Civil me indigna ,me indigna completamente”, concluye.