Un cero en zonas de bajas emisiones

Córdoba

Partiendo del hecho que en las ciudades, la mayor parte de contaminación atmosférica y acústica, así como la emisión de gases de efecto invernadero, es atribuible al tráfico rodado, el Ministerio de Transición Ecológica decretó que para el 1 de enero de 2023 los ayuntamientos debían de establecer Zonas de Bajas Emisiones.

Se pretende impulsar la movilidad activa y sostenible frente a los vehículos privados de motor, para mejorar la calidad del aire (y con ello la salud de las personas), y mitigar el cambio climático.

Pues bien, en Córdoba, el Gobierno Municipal, en lugar de ver en este decreto una oportunidad para mejorar la calidad de vida en la ciudad, decide hacer trampas al solitario: Establece que las ZBE sean las áreas de circulación restringida implantadas desde hace años, conocidas como zonas ACIRE. Además aclara, sin ningún pudor, que “implanta estas zonas porque no les queda más remedio”, que su impacto será “mínimo en Córdoba” y que su objetivo es "molestar lo menos posible a los cordobeses".

Si uno de los principios del Decreto es que debe comportar una mejora respecto a la situación de partida:

¿Cual será el balance de mejora en Córdoba en materia de calidad del aire o de ruido?: CERO

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¿Y el impulso del cambio modal? CERO

¿En cuanto mejoraremos en materia de cambio climático y eficiencia energética?: CERO

En consecuencia, tal vez por deformación profesional como docente, entiendo que la nota que se merece el gobierno municipal en ZBE es un CERO.

Un CERO PATATERO