Hay periodismo veraz y no tiene bandos

Sevilla

No hay que ocultar que el periodismo transita por una etapa gris. La polarización se ha colado en los medios y parece que no hay quien escape de esa perniciosa brecha. La credibilidad se esfuma entre tanta estúpida trinchera y la ciudadanía se aleja de una prensa que deja de sentir como aliada y necesaria.

En este trance andaba yo hasta este fin de semana. La Asociación de la Prensa de Cádiz ha distinguido con su mayor galardón, el Agustín Merello, la trayectoria y el formidable retrato diario de la periodista Almudena Ariza en la guerra de Ucrania. A solo unas horas de diferencia, Mercedes Milá, maestra de la entrevista, recibía el Premio Pepe Oneto que otorga en San Fernando Publicaciones del Sur. Y allí nos reencontramos con el compromiso informativo de Ariza, la cátedra de Milá, la ética del gran isleño y la llamada a la credibilidad de Matías Prats.

El ruido y la mierda que lanzan algunos expertos de la simplificación siempre son más fáciles de creer, pero, sin dejar de hacer una necesaria autocrítica de los porqués del desprestigio de la profesión, créanme cuando les digo que son legión los periodistas que trabajan desde la ética; los que aguantan y no ceden a presiones; los que solo trabajan con fuentes fiables; los que le echan muchas horas a esto con sueldos bajos por una enorme vocación; los que buscan información y la contrastan pensando en el lector, oyente o espectador como único cliente; los que trabajan bajo la premisa, como estos referentes nos han recordado este fin de semana, de que la credibilidad es el gran patrimonio del periodista, la que se gana a lo largo de muchos años y se hace añicos en un solo día.

No dejen de estar bien informados. Hay buen periodismo en medios de todas las sensibilidades, que no bandos.