La Coronación de la Virgen de la Soledad refrenda la historia y la devoción de una de las hermandades más antiguas de la ciudad
La corporación de San Jerónimo ha vivido uno de sus principales hitos históricos, aplazado por la pandemia
Granada
Ha tenido que esperar varios años por la pandemia, pero la Hermandad de la Soledad y el Descendimiento ha podido, por fin, vivir uno de sus hitos históricos. Una de las corporaciones más antiguas de la Semana Santa de Granada, con fecha de creación en el antiguo convento carmelita -hoy sede del Ayuntamiento de la ciudad- en la mitad del siglo XV, ha hecho honor a ese legado y ha coronado canónicamente a su titular mariana. La Virgen de la Soledad fue coronada este martes, festividad de Todos los Santos, en la Catedral de Granada.
Lo que iba a ser el reconocimiento canónico de la coronación litúrgica de 1885 se convirtió en una Coronación Canónica como tal, con imposición física de la corona, joya tradicional de la Virgen mejorada para la ocasión. El arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez, presidió la solemne misa en la Catedral pero, por su deteriorado estado físico, tuvo que subir al paso el deán del templo para depositar la corona en la cabeza de la imagen.
La imagen fue trasladada el sábado desde su templo de San Jerónimo hasta la Catedral. En el camino, el cortejo estuvo acompañado por distintas formaciones musicales. En la Plaza del Carmen, frente a su primitiva sede, el alcalde de Granada, Paco Cuenca, le impuso la Medalla de Oro de la ciudad.
Tras la Coronación, la imagen volvió a su templo en el mismo paso del traslado, conformado con préstamos de otras hermandades, especialmente de Los Estudiantes.
Por eso, la Virgen de la Soledad Coronada se encontró cara a cara en la Plaza de la Universidad con la titular que le prestó el paso, la Virgen de los Remedios. Antes se había vivido otro momento singular con la "visita" de la imagen coronada a la iglesia de la Magdalena, en cuyas puertas fue dispuesta la imagen de Jesús del Rescate, una de las devociones más populares de la ciudad.
En el camino hacia San Jerónimo, la hermandad celebró un acto de recuerdo y rezo por los difuntos ante otra de las sedes tradicionales de la corporación, el hoy hotel Palacio de Santa Paula, en la calle del mismo nombre. La Virgen giró ante la puerta de la capilla del antiguo monasterio, abierta para recibir a la cofradía. La imagen también visitó la basílica de San Juan de Dios y el santuario del Perpetuo Socorro, templos también abiertos para la ocasión.
Su vestidor, Paco Garví, preparó la imagen con dos improntas distintas en su traslado a la Catedral y a su vuelta. En ambas ocasiones, la Virgen de la Soledad se presentó con su tradicional belleza que realza su imponente valor artístico.