Cinco meses y medio tarde
La firma de Eugenio Camacho en Ser deportivos Jerez
José Pérez Herrera durante un partido / Xerez DFC
Pérez Herrera acaba de ser cesado como entrenador del Xerez Deportivo. Al técnico del ascenso inolvidable en Puente Genil se le acabó el crédito en Antequera. Pero no fue ayer, sino hace cinco meses y medio. Porque en el mismo escenario en el que sumó este domingo otra jornada más sin vencer (también sin perder), allá por primavera perdió la credibilidad de la mayor parte de la directiva (sólo el presidente le apoyaba al final) y de un sector de la afición. En tierras antequeranas el equipo se despidió en plena Feria del Caballo de cualquier opción de pelear por un play off de ascenso que desde el club se entendía que podría haberse alcanzado con un poco más de ambición y de regularidad, sobre todo lejos de Chapín. Ahí se dejó de confiar en el hombre del ascenso, el que el Xerecismo reclamó en un momento trascendental para su futuro.
A toro pasado, parece claro que debieron separar entonces sus caminos. Porque a ambos se les acabó el amor y a las primeras de cambio estaba claro que iba a ocurrir lo inevitable.
José Pérez Herrera, técnico del Xerez DFC / Xerez DFC
José Pérez Herrera, técnico del Xerez DFC / Xerez DFC
El destino ha querido que fuera en Antequera, donde a pesar de arrancar un empate en casa del líder, la afición no acabó contenta después de jugar con uno más durante media hora, como ocho días antes frente al Mirandilla.
La realidad es que los números son de descenso después de ocho jornadas, y que el equipo no acaba de responder en cuanto a sensaciones a las expectativas depositadas en él.
Esto es fútbol. Si Jose hubiera sido o no capaz de revertir la situación es algo que ya no sabremos.
La lección que debe aprender esta junta directiva, abnegada en el trabajo y con una gestión tan eficaz como honesta, es que en el entrenador o se confía o se confía.
Ojalá el relevo de Francis, sea el revulsivo que el equipo lleva pidiendo para dar de sí lo esperado. Y a Jose, nuestro agradecimiento eterno por haber escrito una página que ya es historia del Xerecismo.
