3 consejos de filosofía para el verano
Firma de opinión de José Carlos Ruiz: 3 consejos de filosofía para el verano
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Córdoba
En un pasaje de el libro El principito, este se encuentra con un zorro al que le pide jugar. El zorro le contesta que no puede jugar porque no está domesticado. A lo que el principito le pregunta ¿Qué es domesticar? Domesticar, dice el zorro, es crear lazos. Este es uno de mis fragmentos favoritos porque siempre me pareció una definición original y muy cálida de la palabra domesticar. Y creo que el verano es un tiempo propicio para eso, para establecer lazos, consolidar los que ya tenemos y facilitar el juego en el sentido lúdico.
Jugar, a su vez, conlleva despreocupación. Y esto me conduce a una segunda reflexión sobre el verano que está relacionada con la pereza. La pereza es una palabra que proviene del latín y que en su raíz contiene piger: flojo. La pereza entraña flojera y el verano quizá sea la estación más propicia para ponerla en práctica. Flojo implica una cuestión esencial, la necesidad de destensar, de tener menos resistencias. Cuando somos perezosos ignoramos las tensiones y logramos vencer las resistencias que nos empujan a ser productivos. No se me ocurre plan mejor para el verano.
Y por último, en este juego veraniego, donde creamos lazos y destensamos la vida, no estaría de más ser discretos. La discreción implica distinguir y separar la mejor manera de obrar. Y para ello basta leer aquellas palabras de Séneca cuando dijo para rehuir la envidia no hay que exponerse a la mirada del otro, ni hacer ostentación de los bienes, y aconseja alegrarnos en nuestra intimidad.
Sabiendo esto les deseo un perezoso y discreto verano.