El economista José Carlos Díez ha mostrado, a bordo de una embarcación, cómo luce el gigantesco parque eólico Wikinger, operado por Iberdrola en aguas alemanas. Gran parte de las estructuras que allí se emplean para sostener los aerogeneradores han sido fabricadas en Navantia bahía de Cádiz y en los astilleros de Ferrol. «Un motivo de orgullo» para Díez, que ha destacado la oportunidad que supone este tipo de energía frente a las tradicionales como los combustibles fósiles, tan cuestionados recientemente tras la invasión de Rusia a Ucrania por la dependencia del petróleo y del gas con el país ruso. «Este es un sitio espectatular, una planta 100% complementaria con la energía fotovoltáica. Estas nuevas turbinas tienen 10 MW, el doble de los aerogeneradores que hay en tierra firma y con más tiempo de viento. Este es tl futuro para no depender de Putin», asegura. José Carlos Díez ha destacado la oportunidad que supone, sobre todo, en términos de puestos de trabajo: «en los proximos diez años se van a crear un millón de empleos en este sector». Un impacto en el mercado laboral que tiene como ejemplo los astilleros de Puerto Real, donde Navantia está especializándose cada vez más en la conocida como industria Offshore, creando divisiones y equipos que se dedican exclusivamente a construir estas infraestructuras y a avanzar en la investigación sobre buenas técnicas.