No dejes que la realidad estropee tu opinión
El comentario de Ana Castaño en 'La Ventana de Asturias' (06/05/22)
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Asturias
Vivimos en un mundo en el que demasiadas personas se opinan sobre cualquier asunto sin molestarse en leer ni una sola información, ni conocer un solo dato. Sus afirmaciones se inician con “ Yo lo veo así, es lo que yo pienso, es lo que a mí me parece….
Hablo de personas pero lo mismo podría decirse de algunas organizaciones políticas.
Vayan dos ejemplos.
Datos de tráfico en Xixón
A principios del mes de abril el Ayuntamiento presentó los datos actualizados del uso del “cascayu” por los peatones y de circulación de coches por la avenida de La Costa.
Como quiera que los datos no avalan las declaraciones alarmistas de los enemigos acérrimos de la peatonalización: ni el “cascayu” está desierto ni la Costa permanentemente colapsada, inmediatamente se les restó importancia. Así que la ciudad sigue sumida en un interminable debate de dimes y diretes sin que, a lo que parece, los datos objetivos importen a casi nadie.
Las renuncias a herencias
Hemos escuchado a la derecha declarar hasta la saciedad que el impuesto de sucesiones está en el origen de las renuncias. Pues bien la realidad no le da la razón, la portavoz del Colegio General del Notariado de España, sin negar que pueda haber casos de renuncia por los costes tributarios, declaraba que el motivo más frecuente para las renuncias es que el causante deja deudas, en este mismo sentido se ha manifestado también la decana del Colegio de Asturias; a pesar de las afirmaciones de las representantes de notarios y notarias, el Partido Popular no ha dejado de agitar el mito de herederos ahogados por el impuesto de sucesiones.
Los datos, las informaciones, las manifestaciones de los expertos parecen carecer de importancia, cuando se trata de sostener una posición previamente establecida. Ya conocen la frase “No dejes que la realidad te estropee un buen reportaje” pues en este caso podríamos decir “No dejes que la realidad estropee tu opinión”
Y así nos va, en un mundo cada vez más permeable a la acción de los tramposos y embaucadores.
Francamente a mí me asusta un poco. Y a usted?
