¿Por qué resiste Rusia?
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han desplegado un amplio elenco de medidas –financieras, comerciales, energéticas- para asfixiar la economía rusa tras su invasión de Ucrania, sin embargo, parece que ninguno de los pasos dados ha conseguido el objetivo. En la antesala de la aprobación del sexto paquete de medidas por parte de la Unión, que previsiblemente incluirá el embargo de crudo, lo analizamos con María Romero, socia y responsable del departamento de Economía de Afi.
Madrid
La Comisión Europea se prepara para aprobar el sexto paquete de medidas contra la economía rusa en poco más de seis meses. Un paquete de medidas que incluirá, previsiblemente y después de que Alemania diera su brazo a torcer, un veto a las importaciones de crudo ruso, una iniciativa largamente demandada porque la exportación de materias primas –no sólo de petróleo, sino también de gas o diésel- es uno de los pilares fundamentales de la economía rusa. De hecho, tras Estados Unidos y Arabia Saudí, Rusia es el tercer mayor exportador de petróleo del mundo y, a pesar de los vetos que pesan sobre sus productos, sus ventas en el extranjero se han incrementado desde que comenzó la guerra: si antes exportaba 3,3 millones de barriles diarios, ahora son 3,6 millones. Una circunstancia que se une, además, al hecho de que, debido al encarecimiento del crudo, frente a los 120.000 millones de dólares que esta materia prima proporcionó a la economía nacional en 2021, en solo el primer trimestre de este año ha contribuido con 60.000 millones. Y es que el Kremlin está dirigiendo sus flujos de crudo a nuevos compradores: India. por ejemplo, ha incrementado sus importaciones en un 41%, Turquía un 50% e Italia un 150%, pese a que la capacidad de refino del país se ha reducido sustancialmente: en 700.000 barriles diarios, según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía. “Es respiración, en definitiva, porque Rusia exporta buena parte de petróleo y gas a Europa y mientras mantengamos esa respiración asistida, Rusia mantiene el tipo hacia los principales socios que siguen siendo los países europeos. Hay un elemento, y es que Europa es dependiente: más del 40% de las importaciones de energía proceden de este país. Hay países mucho más sensibles, como puede ser Alemania, que es mucho más reacio a 'cortar el grifo'” explica en Hora 25 de los Negocios María Romero, socia y responsable del departamento de Economía de Afi.
Una realidad que le está permitiendo a Putin sortear las medidas que tanto Europa como Estados Unidos están implementando para disminuir su capacidad para financiar la guerra pero no sin acusar el golpe: el paro se mantiene controlado en el 4,1% y están consiguiendo cumplir los compromisos con los inversores internacionales a tiempo, evitando así la quiebra, pese a que la economía rusa ha retrocedido entre un 8 y un 15% debido en parte también a que tres cuartas partes de las compañías internacionales que operaban en el país (unas 800 de entre 1.200), ya no lo hacen. “El rublo exhibe una capacidad de aguante bastante buena, ha regresado a los niveles previos. Esa imposición de pagar las diferentes materias primas con rublo, le ha permitido amortiguar, pero no olvidemos tampoco el incremento de los tipos de interés del Banco Central ruso que fue una reacción para contener esa cotización del rublo” apunta Romero.