Ni un solo día de alborozo
Lástima que el Gobierno no pueda disfrutar ni un solo día de alborozo y satisfacción plena, como podría haber sido hoy, a cuenta de los excelentes datos del empleo
Madrid
La ministra de Defensa, Margarita Robles, tiene razón en pedir a los socios de la de coalición que se refrenen a la hora de pedir dimisiones. Unidas Podemos no es un partido de la oposición, participa en el Consejo de Ministros, nada menos que con una vicepresidencia y cuatro carteras y comparte la responsabilidad de las decisiones que se adoptan en esas reuniones. Y si esos ministros no están de acuerdo con la información que reciben en el Consejo ni con las decisiones que va adoptando el presidente del Gobierno, lo que tienen que hacer, no es pedir en público que dimita nadie, sino dimitir ellos mismos y provocar una crisis gubernamental. En lo que no tiene razón, la ministra Robles es en creer que bastarán hoy las explicaciones a puerta cerrada de la responsable del Centro Nacional de Inteligencia para dar por terminada esta crisis. Quizás, si se demuestra que el espionaje de los móviles de personalidades políticas catalanas contó con autorización judicial, se pueda desactivar una parte, pero el espionaje de los móviles del presidente del Gobierno y de la propia ministra fue, sí o sí, un acto muy agresivo del Gobierno de un país que se supone amigo. Y tiene difícil arreglo. Lástima que el Gobierno no pueda disfrutar ni un solo día de alborozo y satisfacción plena, como podría haber sido hoy, a cuenta de los excelentes datos del empleo.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...