Carta abierta a Kiat Lim

Valencia

A la atención de Kiat Lim:

En las primeras declaraciones oficiales para el entorno del Valencia que realiza alguien de la familia Lim desde 2015 (obviaremos las faltas de respeto de Kim en su Instagram), repites en varias ocasiones que todos tenemos el mismo objetivo común: "que el club tenga éxito". Desde luego, suscribo lo del objetivo. Y estoy seguro que también lo suscribirán todos y cada uno de los valencianistas que ahora mismo nos leen y escuchan.

Ahora bien, para tener éxito hay que empezar por hacer bien las cosas. A veces, incluso haciéndolas muy bien es imposible ganar títulos. Le pasa a numerosos clubes todas las temporadas. Desconozco si en Singapur la palabra "éxito" tendrá otro significado. Aquí, el éxito tiene fundamentalmente dos acepciones. En primer lugar, el éxito es el resultado feliz de un negocio o actuación. En segundo, la buena aceptación que tiene algo o alguien.

Empezaré por este último concepto. Es imposible tener éxito sin aceptación. Y es imposible tener aceptación cuando las personas que dirigen una empresa tan particular como el Valencia (esto no es un hospital ni una fábrica de tornillos, aquí entran en juego los sentimientos, como pudiste comprobar el sábado) no hacen nada por ser aceptadas.

Es una vergüenza, por ejemplo, que hagan falta 3.598 acciones para acceder a las juntas generales de accionistas de la SAD. No es creíble que vengas a España -no a València- una vez al año porque el club juega una final y digas que la afición del Valencia es maravillosa lanzándose a la carretera para acudir a Sevilla. Los aficionados valencianistas seguro que valorarían mucho más que esa visita anual fuera a una junta general, en la que abrierais las puertas a todo aquel que tenga una sola acción, para que pudiera trasladaros sus preguntas y/o quejas.

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Este es solo un ejemplo. Pero hay muchos más. Recientes y antiguos, durante estos ocho años de Meriton en la ciudad. Es imposible ser aceptado cuando Anil Murthy, el presidente que tu padre mantiene inexplicablemente al frente del club, manda callar a la gente sentado en su butaca desde el palco de nuestro estadio, nuestra casa, que es Mestalla. Esa vergonzosa secuencia ocurrió el 5 de octubre de 2019. Una empresa seria, le hubiera cesado esa misma noche. Ya hace casi tres años y ahí sigue. Decís que os preocupa el club, que sufrís con cada derrota. Si os preocupara de verdad, el 6 de octubre de 2019 Meriton hubiera colocado otro presidente en el Valencia. Aunque solo fuera por decoro. Esa derrota no os preocupó nada. Y no hay peor derrota que la sentimental. Esa no tiene vuelta atrás.

El otro concepto de éxito tiene que ver con el resultado feliz de un negocio. Tengo delante las cuentas anuales que el Valencia presentó a sus accionistas el pasado mes de diciembre. No sé si habrás tenido tiempo de analizarlas con calma antes de decir que la SAD debe ser "sostenible". Yo sí. El presupuesto de la temporada refleja un escenario el próximo 30 de junio de -74'3 millones de euros.

Desde que tu padre adquirió la mayoría accionarial con aquella maniobra sonrojante de Amadeo Salvo y Aurelio Martínez en 2014, el Valencia ha perdido más de 134 millones de euros. La sociedad, técnicamente, entró en causa de disolución hace unos meses y volverá a hacerlo en breve porque ha entrado en un círculo vicioso del que solo se sale con un cambio radical de gestión, tanto económica como deportiva.

Si el objetivo real de la familia Lim en el Valencia es el éxito, estáis en el camino equivocado. Completamente. La desinversión no es el camino. Carecer de una estructura deportiva fuerte no es el camino. Tenéis mil ejemplos en Europa. El club ha perdido en las últimas temporadas a jugadores muy importantes, internacionales, que hubieran hecho al Valencia competir más y mejor por títulos. Parejo, André Gomes, Otamendi, Rodrigo, Ferran, Kondogbia... No habéis hecho nada para suplirles. No se ha invertido dinero en refuerzos de verdad para que la sociedad siguiera aspirando, como en 2019, a jugar la Champions.

En tus declaraciones oficiales a los medios del club (repito, las primeras oficiales de alguien de la familia Lim al entorno del Valencia desde diciembre de 2015), dices que tu padre se levanta incluso a las 4 de la madrugada para ver cada encuentro del equipo. Si es así, estoy convencido que alguna madrugada se quedará dormido en el sofá. El juego del Valencia es tan pobre, tan aburrido por la falta de calidad de la plantilla, que debe ser insoportable a esas horas hasta para quien debería, DEBERÍA, ser la persona del mundo más preocupada en que ganara partidos. No es creíble que queráis el éxito para el Valencia. Nadie logra el éxito con un diplomático sin experiencia en clubes de fútbol haciendo de director deportivo. Nadie gana títulos sin un mediocentro defensivo puro. Sin un centrocampista organizador de primer nivel. Sin una segunda unidad potente que proporcione alternativas a cualquier entrenador que se precie.

Explicas en el vídeo que, a partir de ahora, esperas estar por aquí "más a menudo" para representar a tu padre. No sé si será así o lo del otro día es un canto al sol para contentar al público facilón que, inexplicablemente, aún os queda por aquí. Desde luego, mucho mejor esto que Anil mandando callar, Joey bailando en el palco o Kim ofendiendo en IG. Pero son solo palabras. Meriton ha cometido demasiados errores, societarios, deportivos y emocionales, como para que solo las palabras sirvan. La herida es tan grande que seguramente ni los hechos ayuden. Esa es la verdad. Y es una lástima. Los jugadores, los técnicos, los empleados y los aficionados del club merecen mucho más que una SAD empequeñecida deportivamente y camino de la ruina económica. Hay músculo social de sobra y ejecutivos de primer nivel dentro. Pero, lamentablemente, la gestión de la caja de caudales no depende de ellos.