“Caos” y prudencia en las primeras horas sin mascarilla en interiores
La mayoría de comerciantes siguen exigiendo esta medida para entrar en sus negocios
Bilbao
Esta mañana entraba en vigor la eliminación de la mascarilla obligatoria en interiores, salvo para transporte público y centros sanitarios. Alegría para los clientes y prudencia para los comerciantes que optan por esperar antes de flexibilizar esta medida. Muchos de ellos afirman que estas primeras horas sin cubrebocas en espacios interiores están siendo un “caos” y una constante búsqueda de asesoramiento.
En gimnasios
En el gimnasio Nivel 3 del barrio bilbaíno de Indautxu se han visto "las caras por primera vez". Iratxe, profesora de spinning, no había visto nunca el rostro de sus alumnos y para ella ha sido "sorprendente" pero reconoce "que se lo han pasado muy bien". En el caso de este centro, tanto las trabajadoras como los clientes tienen la libertad de quitarse la mascarilla.
El único lugar en el que el cubrebocas sigue siendo obligatoria es en la consulta del fisioterapeuta. A primera hora de la mañana, al ser semana de Pascua había poca gente. Sobre las 8 y media de la mañana una quincena de personas ocupaba la zona de máquinas y tan solo 4 personas llevaban la mascarilla puesta. Cristina, entrenadora del gimnasio, se ha mostrado feliz de poder vivir esta nueva etapa: "Nos hemos saludado como si fuera la primera vez, han sido sensaciones muy buenas de volver a vernos las caras".
En librerías
En la librería low cost Re-Read de la calle Alameda Urquijo, ha cambiado poco el escenario tras el anuncio de la retirada de cubrebocas en interiores. David, su responsable, admite que las dudas son muchas y las instrucciones pocas, por eso prefiere que las personas que entren se pongan la mascarilla. “Para los que estamos detrás del mostrador es mucho mejor que lleven mascarilla”.
En su librería, de 90 metros cuadrados, se agolpan cientos de libros de segunda mano, ejemplares que, aunque ya en tiempos pre-pandemia eran desinfectados, a día de hoy son sometidos a una rigurosa limpieza. “Todos los libros pasan por una cuarentena de tres días, después nosotros los desinfectamos y a todas las personas que pasan si que les exigimos que se pongan gel, porque tocan los libros”.
Explica que se deberían haber dado nociones más claras, “nos hemos despertado hoy con el anuncio del BOE y no sabíamos como actuar… Un poco caos”, y asegura que el gel hidroalcohólico y la desinfección de libros “han llegado para quedarse a largo plazo”.
En peluquerías
En la peluquería BrehmAn´s de la calle Alameda Urquijo se respira un ambiente parecido. Tanto Anhara, la dueña del negocio, como Marti, su clienta, llevan mascarilla. “Me parece una buena forma de protegernos mutuamente”, explica Marti.
Anhara cree que al estar en contacto estrecho con los clientes es “lo más seguro” y admite que en su negocio los cubrebocas se seguirán usando “unas semanas más”.
Estación Intermodal de Bilbao
En la estación Intermodal, que incluye cafeterías, un gimnasio, una residencia de estudiantes, son pocas las personas que se ven sin mascarilla, la mayoría porque están consumiendo en la cafetería de la estación. En el espacio se podrá ir sin cubrebocas en todo el momento hasta llegar al bus, tal y como adelantaba Alejandro Pereiro, director. Los únicos a los que se les exigirá llevarlo será a los empleados.